martes, 18 de agosto de 2015

PERÚ: CUZCO Y MACHUPICHU, CÓMO VISITARLO DE LA FORMA MÁS BARATA.

Hola familia!!
Aquí seguimos con nuestra aventurilla, que ya se va acercando a su fin.

Pasamos de Copacabana (Bolivia) directamente a Cuzco tomando un par de autocares, uno hasta la frontera y el otro de la frontera a Cuzco. Hicimos bastante cola en la frontera, ya que ni bolivianos ni peruanos es que brillen por su rapidez, y qué mala sorpresa nos llevamos al ver que el autocar peruano era bastante peor que los buses bolivianos!! Nos lo habían vendido como un buen bus y como que tardaba unas 5 horas en llegar a Cuzco, y resultó ser bastante pésimo, lleno de gente y haciendo paradas cada 5 minutos. Y los pasajeros nos dijeron que no tardaba 5 horas, que tardaba como unas 10 horas en hacer el trayecto. Nosotros que habíamos quedado con un couchsurfer nos empezamos a preocupar porque llegaríamos como a la 1 de la madrugada o más, y quizás no fueran horas decentes para llegar a casa de alguien, y menos de un desconocido. En una parada intentamos buscar una cabina para llamarlo pero no contestó, así que nada más llegar hechos polvo de ese infernal autocar y siendo casi las 2 de la madrugada nos alojamos por esa noche en un hotel chungo cercano a la estación de buses. Y aquí fue donde tuvimos nuestra primera "mala" experiencia con couchsurfing: al día siguiente lo intentamos contactar por todos los medios y cansados ya de esperar respuesta nos dirigimos hacia el centro y nos buscamos un hostel. Al final del día nos contestó que tenía mucho trabajo esos días y que no nos podía hospedar, cosa que ya podría haber avisado antes; pero bueno, mal no nos vino, ya que aunque siempre nos gusta alojarnos en casa de personas locales en las grandes ciudades, esta vez la verdad que no teníamos la energía suficiente para compartir tiempo con alguien que acabábamos de conocer, así que todo pasa por algo. Y encima a la hora de buscar hostel, ya no queríamos habitaciones compartidas, si no que buscamos el que más se parecía a una casa: con cama doble, lavabo propio, mesa, sillas, Internet... Y allí nos tiramos casi una semana. Estaba claro que nos empezaba a pasar algo, ya que teníamos más ganas de "retraimiento" o "recogimiento" que de "expansión" y "obertura" como habíamos sido siempre.

La verdad es que Cuzco nos enamoró como ciudad, ya que es como ese punto intermedio entre ciudad y pueblo. Tiene tan solo unos 420000 habitantes y está en la cordillera de Los Andes situada a una altura de 3400 msnm, por lo que ese pequeño ahogo al hacer algún esfuerzo aún lo seguíamos notando. Fue la capital de los incas, pero ya en manos de los españoles se engalanó de iglesias enormes y preciosas. Además, a día de hoy, es la ciudad base para hacer la excursión al Machu Picchu, por lo que está plagada de turistas, restaurantes, pubs, marcha nocturna, centros de masajes... Y encima tuvimos la suerte de coger esta ciudad tan religiosa en plena semana santa. Ahí van algunas fotos:

Montan todo tipo de juegos y entretenimientos por las calles.

Se tapa con telas a las imágenes religiosas que no tienen relación con el Santo que toca ese día.

Se hacen eternas colas en todas las iglesias.

Todas las iglesias son muy exuberantes tanto por dentro como por fuera.

Toda la ciudad está llena de iglesias, monumentos y todo está muy limpio y ciudado.

La procesión, parecía que estuviéramos en nuestro país!

Es una ciudad muy importante también para los peruanos, así que celebran allí muchas bodas y fiestas de "Los 15".

Gran noche con dos chicas españolas y nuestro amigo hindú, tomando riquísimos PISCO SOUR, la bebida nacional.

Como algún día han de trabajar, los ponen a desfilar todos los domingos.



Callejuelas de Cuzco y vista nocturna.

Otra cosa que llama mucho la atención de Cuzco es ver cómo los españoles construyeron sus edificios aprovechando la base de las construcciones incas...ya les vale:

Paseando con María, una chica de Pamplona que conocí desayunando en el mercado. No es un misterio cómo podían encajar todas esas piedras?

Pero lo que más enamoró de Cuzco, fue el mercado. Está lleno de puestecitos para sentarse a desayunar o a comer, desde menús de dos platos y postre por un euro a deliciosos cebiches (diferentes pescados crudos adobados en jugo de limón y especies acompañado de cebolla y maíz tostado), el cual es el plato bandera de Perú. Y hay que añadir que la cocina peruana está entre las 5 mejores del mundo, teniendo mucha variedad de platos tradicionales, así que disfrutamos como 2 enanos:



No esperéis que además de daros un riquísimo y completo menú os den una mesa para dos con velitas... Por 1 euro!! Taburete y plato en la mano, aunque son tan amables que a la que nos veían que no estábamos acostumbrados a comer así, los propietarios nos buscaban rápido un sitio en "la barra". Ya podríamos aprender y tener sitios así para comer bien y barato, sin tantas normas, comodidades e impuestos...

Desayunando con nuestro amigo Sandeep (hindú y norteamericano), que conocimos al inicio de Bolivia y volvimos a reencontrar al cabo de un mes. Como veis no se andan con chiquitas: jarras de café con leche de medio litro (la mejor leche y la más natural que he probado nunca) y natillas de chocolate de medio litro también.
Y para acabar con Cuzco, lo que también nos encantó fue la mezcla de peruanos/as tan modernos con indígenas paseando a sus llamas o vendiendo hierbas medicinales:





 Después de alargar casi una semana nuestra estancia en Cuzco (donde pensábamos que sólo pararíamos lo justo para organizar la visita a Machu Picchu), nos dispusimos a organizar la excursión a Machu Picchu. Hay cientos de agencias ofreciendo lo mismo, pero va bien comparar ya que los hay mejores y peores regateando. Y aquí os explicamos la manera en cómo va la mayoría de gente a Machupichu, y cómo van los que tienen menos presupuesto (como nosotros) o los que no están dispuestos a dejarse robar a mano armada para llegar a Machu Picchu (como nosotros también). 

De Cuzco, todo el mundo sin excepción, debe ir hasta Ollantaytambo, donde puedes ir en "combis" (furgonetas compartidas por unas 12/15 personas) o en taxi particular o en bus local. Y allí es donde se coge el tren para llegar a Aguas Calientes (pueblo de Machu Picchu). Y aquí es donde viene el robo y la diferencia abismal de viajar de una manera u otra: el tren de Ollantaytambo a Aguas Calientes cuesta 120 dólares ida y vuelta (eso encontrando el billete más barato), mientras que viajando en la "combi" vas y vienes por 20 dólares. Y le llamo robo, ya no sólo por lo caro que es, si no porque el trayecto es tan solo de una hora y media y el precio que pagan los peruanos es de 6 dólares ida y vuelta; que está bien que los locales paguen menos que los turistas, pero tanto?? 

Así que nosotros seguimos en la combi, y vimos el por qué mucha gente acaba pagando el tren y clavan lo que quieren: es un trayecto de 7/8 horas (mientras que el tren es una hora y media) en asientos estrechos y NO reclinables, bordeando montañas y montañas andinas, así que son curvas sin parar, y en las últimas 2 horas la carretera está sin asfaltar, no caben dos coches a la vez, no hay quita-miedos, hay desprendimientos de rocas y carreteras, precipicios altísimos y encima hay que cruzar varias veces un río por el agua directamente, ni puentes ni nada, y la "combi" no es un 4x4 precisamente!!


Esta foto está tomada desde dentro de la "combi" mientras cruzábamos el río, rezando para que la corriente no arrastrara a la furgoneta.

En la montaña de la derecha se puede observar la carretera (o camino de tierra).

Aunque yo iba todo el tiempo bastante rallada entre el mareo, y la preocupación de si teníamos un accidente a ver quién y cómo nos venía a rescatar en esa parte tan apartada del mundo, hay que decir que el paisaje fue precioso. Y todo este "bordeamiento" de montañas es el que el tren se salta y va casi recto atravesando el valle.

Pero la cosa no acaba aquí, ya que no hay carreteras hasta Aguas Calientes, hasta allí solo llega el tren, por lo que la "combi" llega hasta donde puede llegar y a partir de ahí hay que caminar 2 horas al lado de la vía del tren. Por suerte el camino es más bien llano, aunque lo haces agotado ya después de tantas horas de mala carretera y encima lloviendo (llueve casi siempre en esa zona). Pero el entorno parece un bosque encantado, muy bonito:

El Tren que no cogimos.


La verdad que fue durillo y llegamos a Aguas Calientes empapados, pero nos compensaba la alegría de haber ahorrado 200 dólares!! (Aunque si volviera a repetir no sé yo si los pagaría tan a gusto eh...jajaja)

El pueblo de Aguas Calientes no es gran cosa, es como una creación que surgió de la necesidad de alojar a tantos turistas que venían a conocer el Machu Picchu, por lo que es un lugar muy artificial y turístico. Aunque, debido al aumento de familias peruanas que viven allí para atender el turismo, al otro lado del río hay una parte del pueblo que es la zona residencial de estas familias, con algunas escuelas, restaurantes para ellos, mercado y ambiente peruano. A nosotros nos gustó mucho más este lado más auténtico, donde ya no te asaltan por las calles para ofrecerte hoteles y cenas en restaurantes. Además, se comía mejor y más barato en este lado, y encima había también el mercado para comer esos menús que tanto nos gustaban...Cada vez estábamos más encantados con los mercados bolivianos y peruanos!! Así que recomendamos este lado del pueblo y el mercado para escapar de los abusivos precios y de la mala calidad que ofrecen en el lado turístico. Respecto a hoteles, los hay de muchos precios y calidades, hay tanta oferta que se pueden conseguir buenos precios. Nosotros dormimos en uno por 10 euros entre los dos que estaba muy limpio y tenía agua caliente (aunque no calefacción). Aun así, también hay que contemplar que todo ese pueblo fue montado por materiales traídos en tren, y que todo lo que se consume allí también ha sido transportado en tren.

A la mañana siguiente, madrugamos bastante para tener rato en Machu Picchu. Se puede subir andando o en el bus que va de Aguas Calientes a la puerta de Machu Picchu. La subida caminando es de una hora y media, muy empinada, y muchísimos escalones; y el bus te sube en 20 minutos pero vale 20 dólares la ida y 20 dólares la vuelta. Yo lo sentí mucho, pero entre cansada que estaba del día anterior y que no quería llegar agotada a Machu Picchu, los pagué tan a gusto, pero Jordi subió caminando. 

La entrada a Machu Picchu nos costó unos 67 dólares, con la subida a la montaña de Machu Picchu (sin la montaña vale 61 dólares). Ya que estás ahí, debe ser bonito ver el Machu Picchu desde la altura, y es por esto que mucha gente se saca la entrada con la subida al Wayna Picchu (otra montaña para verlo desde las alturas), lo que sólo dejan acceder a un número contado de personas cada día, por lo que en este caso la tendríamos que haber sacado con antelación. Así que a falta de Wayna Picchu, decidimos subir a la montaña del Machu Picchu, que es aun más alta, aunque no teníamos ni idea de cómo era la subida: 2 horas y pico sin parar de subir escalones muy empinados, aunque atravesando bonitos bosques y con bonitas vistas:


Cara de agotamiento en el tramo final, y miedo de subir varias escaleras en ese tramo pegadas a precipicios mientras te tiemblan las piernas...la verdad que hay tramos bastante peligrosos.

Cima coronada!!

























Y este es el momento en el que piensas que ha valido la pena porque ahora tendrás unas vistas impresionantes del Machu Picchu... pero no!! Estábamos tan altos y las nubes tan bajas que no se veía nada... Así que cada cierto rato el aire se llevaba las nubes por unos segundos y todos gritábamos "Ahora!!" y desenfundábamos las cámaras para tener la instantánea del momento:

Así "de bien" se veía cuando se iban un poco las nubes...

Aquí un poco  mejor.

Tomándolo con filosofía.

Después de descansar (o intentar ver algo) una media horita, emprendimos la bajada de casi una hora y media, así que al llegar abajo estábamos destrozados ya!! Y sobre todo Jordi, que había subido a pie desde Aguas Calientes!! Entre esa subida y la subida y bajada a la montaña llevaba ya cinco horas y media de duro y empinadísimo trekking!! Y luego encima, visitar el Machu Picchu ya es cansado de por sí porque se camina bastante y todo el rato subes o bajas:


Y encima, como no preveíamos que esto iba a llevar tantas horas y cansancio, llevábamos una botella de agua para los dos y alguna mandarina y un plátano...estábamos con bastante hambre. Así que por todo esto, no volvería a ascender a la Montaña. Y encima al bajar vimos que hay bastantes puntos donde también se pueden tener buenísimas vistas panorámicas:

























La ciudadela del Machu Picchu (lo que veis en las fotos) la tienen muy bien cuidada y conservada, y despierta todo tu asombro por tanta geometría y belleza, y por un entorno tan increíble, rodeado de verdes montañas escarpadas y nubes pasando todo el tiempo. Y aun más asombro se despierta al pensar lo de siempre: cómo pudieron los incas construir todo esto y con tanta exactitud y perfección encima de una montaña?? 


Qué faena hacer encajar estas rocas tan asimétricas!!

La verdad que es un lugar para visitarlo con guía, pero nosotros no teníamos más fuerzas, así que dimos una vuelta más bien rápida y nos fuimos, reflexionando después que habíamos visitado una de las más importantes maravillas del mundo como quien pasea por el parque de debajo de casa... Y que básicamente nuestra conversación se basó en paellas, en qué bueno es comprar en la boquería, Barcelona... Estábamos bajitos de energía viajera!!

Por seguir en nuestras trece de no dejarnos robar tan impunemente, descendimos del Machu Picchu a Aguas Calientes caminando y nos ahorramos 40 dólares entre los dos. Así que fueron casi 2 horas, ya que bajamos por el camino lleno de curvas por donde van los buses, en lugar de bajar por donde Jordi subió para ahorrarse hacer tantos escalones de bajada, ya que nos notábamos las rodillas un poco tocadas.

Por suerte, disponíamos de tiempo, así que nos dimos 2 noches en Aguas Calientes en lugar de 1, que es lo que hace la mayoría de la gente debido a que tienen los días contados. No me quiero imaginar hacer el camino de vuelta por las vías del tren y luego las no sé cuantas horas de coche ese mismo día!! Encima, nada más llegar al pueblo, se puso a diluviar. Tuvimos la mañana siguiente para ir a unas termas que hay en Aguas Calientes, y que son las que le dan el nombre a este pueblo; ya que son piscinas de aguas naturales con bastantes minerales que sale caliente de la tierra. Lo disfrutaron tanto nuestras agujetas!!




















Pero en breve se acabó lo bueno, así que a vestirse y a caminar de nuevo por las vías del tren 2 horitas...Y lloviendo de nuevo!!  Y a despedirnos de este increíble paisaje andino:

Valles de montañas y montañas hasta el infinito...Me encanta esta foto porque parece que haga una ilusión óptica con la simetría de las montañas y el difuminado de la niebla.

Montañas tan escarpadas que tienen paredes verticales totalmente.
En números, esta es la manera cara (y cómoda) de llegar a Macchu Picchu: tren (120 dólares), más bus de subida (40 dólares), más la entrada (61 dólares)  hacen un total de 241 dólares por persona. En la manera barata es: combi (20 dólares), subida andando (0 dólares) y entrada al Macchu Picchu (61 dólares), hacen un total de 81 dólares por persona, aunque bastante esfuerzo y algo de riesgo. Cada uno que valore!!

Al llegar a Cuzco, cogimos otro hostel más céntrico y con más pinta de "casita" aun...Y esta ciudad nos volvió a secuestrar unos tres días más:




















Qué nos estaba pasando?? Acabábamos de visitar una de las maravillas del mundo más importantes con bastante indeferencia, nos daba pereza seguir buscando rutas, pensar en cuántos kilómetros y horas teníamos que invertir en llegar al siguiente país (Ecuador, ya que hay que ir pensando opciones de ruta con previsión), nos daba pereza relacionarnos con otros viajeros (a nosotros!!), buscábamos hoteles lo más parecidos a una casa, nos daba pereza compartir dormitorios, nos teníamos que forzar a visitar la ciudad en la que estábamos desde hacía un tiempo ya, últimamente nos descubríamos buscando pisos de alquiler en Barcelona cada vez que teníamos wifi, y encima Jordi encontró una convención de los mejores mentalistas del mundo que se hacía en Alemania en el mes de mayo...Así que en el momento en el que los dos dijimos al unísono: "compramos billete de vuelta??" se nos iluminó la cara y un mariposeo se apoderó de nuestro estómago como nunca antes había pasado al pensar en volver. Nos pusimos a buscar vuelos y compramos uno que salía en unos 20 días desde Lima, nos dimos el tiempo suficiente para ver lo que queríamos conocer de Perú antes de partir. QUÉ EMOCIÓN!!! Os podemos prometer que estábamos mucho más nerviosos comprando el billete de vuelta a casa que el de salida!! Nos costó mucho dormirnos, pensando si lo decíamos a la familia o volvíamos por sorpresa, ya que era antes de lo previsto...Pero no nos pudimos contener!! Acabábamos de poner fecha de final al viaje (que no a la aventura, ya que la aventura sigue por mucho tiempo más aunque hayas vuelto a casa). Y además estábamos muy contentos porque el dinero que hubiéramos gastado en los dos próximos meses de viaje (que era lo previsto) lo tendríamos para poder alquilarnos un pisito, que era lo que más nos apetecía: TENER NUESTRO NIDITO DE AMOR!! Y NUESTRA COCINA!! 

Bueno chic@s, con esta súper noticia os dejo...Siguiente y último post del viaje: LIMA E IQUITOS POR EL AMAZONAS. No os lo podéis perder!!




sábado, 8 de agosto de 2015

BOLIVIA: LA PAZ Y LAGO TITICACA

Al acabar el emblemático tour del Salar de Uyuni, dormimos esa noche en Uyuni para descansar bien y a la noche siguiente tomamos un tren en dirección Oruro, con la intención de seguir luego hasta La Paz. Nuestros amigos argentinos Ceci y Claudio nos ofrecieron muy amablemente seguir con ellos en coche, ya que también iban hacia La Paz, pero nos hacía gracia hacer al menos un viaje en tren, ya que la red ferroviaria boliviana fue muy reconocida, cruzando todo el país atravesando esas increíbles montañas. Aunque hay que decir que a medida que han ido invirtiendo en carreteras se han ido olvidando del tren, quedando a día de hoy muy pocos tramos abiertos. Pero el tramo de Uyuni a Oruro estaba abierto, y por lo que leímos, es de los peores tramos para hacer en carretera, así que qué mejor que tomar el tren? Fueron unas 8 o 10 horas de tren, sentados en asiento un poco reclinable, con calefacción y lavabos, así que viajamos cómodamente aunque sin ver nada de paisaje porque era de noche. Al amanecer vimos que estábamos cruzando un lago enorme. 

Al llegar a Oruro por la mañana ya echábamos de menos a nuestros amigos argentinos, así que decidimos ir a un hotel a pedir que nos dejaran conectarnos al wifi y pudimos contactarlos. Tuvimos la suerte de que decidieron hacer noche en Oruro y seguir a La Paz al día siguiente, así que quedamos con ellos en su hotel y emprendimos juntos el camino hacia La Paz. Estar con ellos ya era como estar en familia.




La Paz es la ciudad más grande del altiplano, y la capital en funciones de Bolivia. En el 2014 fue reconocida como una de las nuevas 7 ciudades maravillas del mundo, y es que esta ciudad no deja indiferente a nadie. Está ubicada a 3000 msnm la parte más baja, y fue creciendo hacia la ladera de las montañas hasta 4100 msnm la parte más alta, dando a la ciudad un aspecto de embudo. Este crecimiento se debió a la inmigración de campesinos buscando un futuro mejor, de manera que hay una buena mezcla de aymaras, quechuas y gente de todo el mundo. 

De Oruro a La Paz tardamos sólo 2 horas en la súper camioneta de Claudio, y ese momento en el que aparece ante tus ojos la vista desde arriba de la ciudad de La Paz queda grabado en tu retina para siempre. Como si de una maqueta se tratara, de la nada aparece un valle plagado de pequeños edificios y casitas que se extiende como una marea de ladrillo hacia las laderas de las montañas. Está rodeado de picos altísimos y nevados, entre ellos el Illimani, un pico de casi 6500 msnm.




Por el camino íbamos los 4 hablando de que nos habían comentado que en Bolivia, y sobre todo en La Paz, debíamos tener mucho cuidado con la FALSA POLICÍA, así que en uno de los controles de carretera que pasamos donde había un policía real, le preguntamos sobre esto y nos dijo que sí que había y que se podía distinguir porque no llevaban coche de policía. ¿Y cómo dejan que esto suceda? Nos parecía increíble. Al entrar en La Paz, nos vimos atascados a causa de un desfile de las fuerzas armadas, precisamente de la marítima... ¿Y cómo puede ser si Bolivia no tiene mar? Entonces nos dimos cuenta de que reivindicaban cantando con mucha energía que iban a recuperar el mar que les quitó Chile hace ya muchos años. Y en éstas estábamos cuando apareció un policía en la ventanilla de Claudio diciéndole que iba a multarle porque lo habían visto ir por la autopista a 80km/h cuando la velocidad permitida son 60km/h, todo esto con una libreta bastante dudosa y acompañado por dos policías más metidos en el coche de al lado, el cual no era un coche de policías, era un coche normal de color verde. Y encima, Claudio sabía que no había ido a 80km/h, sino que de 100-120km/h no había bajado, así que sabía que estaban mintiendo. Claudio le dijo que sí que había ido a 60km/h todo el rato y el "policía" le pedía que estacionara el coche y se bajara, a lo que Claudio, ya enfadado, le gritó "Apártese! Yo voy a seguir!!" y arrancó de nuevo y el señor "policía" se fue sin poner impedimentos. Qué caras más duras!! Cómo puede ser que vayan por ahí disfrazados de policías timando a la gente y no les pase nada??!!


Desfile de las fuerzas armadas y caravana de coches al lado.

Nos buscamos un hotel los 4 juntos y salimos a descubrir esta ciudad. Lo primero que nos impactó fue ver el mercado de brujería: hay muchísimas tiendas que venden hierbas, velas, cosas raras, animales disecados, y hasta fetos de llama bien grandecitos.


Además, en La Paz hay una calle muy famosa por tener muchas tiendas para poder comprar regalos y productos típicos (como las famosas telas de colores) a un buen precio, por lo que dediqué una mañana a comprar estas telas, jerseys de lana de llama y otras cosas para nosotros, las madres y las amigas y lo enviamos a Barcelona. Por suerte, no me había dado por hacer esto en todo el viaje, y digo por suerte porque descubrimos que aunque el producto sea muy barato, con el envío te sale casi igual de caro que comprarlo en Barcelona. 




La Paz está llena de iglesias bastante bonitas que a momentos te hace pensar que podrías estar en Europa.



Pero lo mejor para ver en La Paz es subir hasta El Alto cogiendo los teleféricos que construyeron hace bien poquito. Con ellos han conseguido que la gente pueda subir casi 1000 metros en 15 minutos, ya que en autobús era lentísimo. Las vistas son muy impactantes y la subida es bien empinada hasta llegar al barrio de "El Alto", que como su nombre indica, es el más alto de La Paz. Tiene mala fama por haber mucha delincuencia y todos los locales nos avisaban de que fuéramos con cuidado. Queríamos ver las vistas de la ciudad de La Paz, así que buscando el mejor mirador vimos que la parte más alta era un edificio que estaba en construcción, nos acercamos y le preguntamos al dueño si nos dejaba subir al terrado para fotografiar las vistas, a lo que el hombre accedió amablemente. Y tomamos estas fotazas:



"COLGATE" y nunca mejor dicho...jejeje. (Chiste malo)





Tardamos poco en irnos, ya que al lado había una terraza llena de alcohólicos armando jaleo y parecía que nos miraban, así que la visita a El Alto fue más bien corta. Y de hecho, el día que salimos en coche de La Paz para seguir nuestra ruta, tuvimos que pasar por El Alto y nos perdimos... Hay un caos monumental de coches (sólo Claudio era capaz de conducir en ese sitio sin ser de allí) y encima habían pintadas por todas partes de este estilo:

"LADRÓN PILLADO SERÁ QUEMADO" y otras que decían "COCHE EXTRAÑO SERÁ QUEMADO"... Qué mal rollo, y encima nos perdimos por allí!!


Vimos que esta ciudad (La Paz) es muy animada todo el día, y también por la noche, pero entre lo alta que está la ciudad, el tener tantas cuestas, tantos coches transitando a lo loco y sin normas, tantos atascos y tanto humo y polución, se hacía muy difícil de caminar. Nos pareció desagradable por todo esto, así que decidimos irnos al día siguiente hacia el Lago Titicaca. 

Imaginaos en qué punto están que ponen a estos monigotes tan divertidos para concienciar sobre los pasos de cebra.
 Entre unas cosas y otras, partimos pasado el mediodía, con la idea de parar en las ruinas Tiwanaku, que son de las más famosas de Bolivia. Llegamos a las ruinas cuando justo acababan de cerrar, y tuvimos que decidir si dormir allí o no para verlas al día siguiente, pero entre que el pueblo no valía nada, que Ceci y Claudio iban con el tiempo de viaje bastante apretado, y que a Jordi y a mi no nos hacía especial ilusión ver otras ruinas; decidimos tirar para el Lago Titicaca. Y aquí nos pasó una de las más grandes anécdotas del viaje: NOS DIMOS A LA FUGA DE LA POLICÍA. Ahora explico cómo fue: al coger la carretera, vimos de lejos que había un control policial y que los policías iban especialmente armados y con trajes muy especiales, y que en ese momento no tenían coche, cosa que nos sembró la duda. ¿Serán policías de verdad? Nos íbamos preguntando cuando nos hacen la señal de que paremos, y con esto de decidir si parábamos o no, Claudio ya paró el coche un poco más lejos de lo que tocaba. Se acercaron, y nos pidieron que bajáramos del coche para inspeccionarlo, a lo que Ceci respondió que nosotros no llevábamos nada, sin querer bajar la ventanilla ni abrir la puerta, motivo por el que la señora policía tocó la maneta de la puerta para abrirla. En ese momento, Ceci  dijo "Me está manoteando la manija, arranca Clau!!!", a lo que Clau obedece sin dudar ni un segundo. Jordi y yo, instintivamente nos agachamos y nos cubrimos la cabeza diciendo "que nos van a disparar!!" y pensando "Estos dos están locos de remate!!" y mientras discutíamos si parar o no porque nosotros les decíamos que creíamos que sí que eran verdaderos, llegamos a un peaje donde había policía real. Pararon el coche y se bajaron explicando a la policía que habíamos visto policía falsa unos 5 km atrás, que nos querían robar y que fueran a detenerlos...Cuando apareció un 4x4 pick-up a toda velocidad con los 4 o 5 agentes con la ametralladora apuntándonos, se bajaron de un salto y fueron hacia Clau diciéndole que estaba detenido. Los otros agentes abrieron el coche y nos dijeron que les abriéramos las mochilas y se pusieron a registrarlas...No dábamos crédito a lo que estaba pasando, hasta que la cosa se calmó un poco  y pudimos hacerles entender que pensábamos que era policía falsa que nos querían robar el coche, y ellos nos comentaron que por el tipo de camioneta que era y por darnos a la fuga estaban convencidos de que éramos traficantes...Y nos reímos todos del malentendido finalmente y nos dejaron seguir. Pudimos suspirar tranquilos y nos fuimos riendo todo el camino de la locura que acabábamos de hacer, de cómo podía haber acabado todo... Y estos lindos paisajes nos acompañaban todo el rato:




Y hablando hablando anocheció y seguíamos en la carretera con un serio problema: para llegar hasta Titicaca (o Copacabana, el pueblo costero) hace falta un barco que te cruza una parte del lago, el cual ya había dejado de trabajar hasta el día siguiente. Tocaba hacer noche en el camino, pero no encontrábamos NADA DE NADA, todos los hoteles que se veían estaban cerrados, así que ya íbamos bromeando con dormir en el coche cuando vimos una señal de un hotel que estaba escondido al final de una carretera. Al llegar a la verja, vimos que era una casa enorme también cerrada y con todo apagado, estaba todo oscurísimo y empezaba a parecer una peli de terror. Empezamos a preocuparnos, hablando de que no teníamos comida, que no había nada abierto...Cuando de repente apareció de la nada un boliviano tocando con los nudillos en la ventanilla de nuestro coche. TOC-TOC...QUÉ SUSTO!!!! Hacía tanto frío que al hombre entre el gorro y la bufanda casi no se le veía la cara, pero oímos que nos ofrecía abrir el hotel para nosotros. Un poco dubitativos accedimos a la propuesta (decisión fruto de la desesperación), así que entramos al hotel y nos quedamos alucinando de lo grande y lo bonito que era. Encima el hombre era súper amable y se le veía buena persona, nos ofreció dos habitaciones increíbles con vistas al Lago Titicaca y nos dijo que nos podía cocinar trucha pescada por él mismo en el lago para cenar!!! ¿Cómo podíamos tener tanta suerte? El plato de trucha estuvo riquísimo y nos quedamos hasta las tantas charlando con el propietario también, que era un boliviano muy autóctono (hasta nos costaba entenderlo) y nos contó cosas muy interesantes. Aquí van algunas instantáneas de las vistas que teníamos y del hotel:



Jordi haciendo sus estiramientos en esta súper habitación.

Este es el hotel visto desde el lago, IDÍLICO verdad??





Dormimos de muerte todos menos Ceci, que se empezó a asustar en medio de la noche y quiso enviarle unos mensajes a sus hijos informándoles de dónde estábamos por si acaso, cuando vio que era imposible tener cobertura, cosa que la asustó aún más. Por la mañana nos trajo el desayuno y nos fuimos a adentrarnos al lago con una barquita que nos ofrecía el señor. Nos fuimos los 4 y comprobamos lo difícil y duro que es remar, y lo fácil que parece cuando lo hace un profesional.





Después decidimos emprender de nuevo el camino, cuando tuvimos un pequeño rifirrafe con el señor, que nos quiso cobrar varias cosas a las que parecía que nos invitaba. Llegamos a un acuerdo y aun así nos fuimos alucinando de la suerte que habíamos tenido por encontrar uno de los mejores hoteles en los que habíamos estado nunca cuando parecía que nos iba a tocar dormir en la cuneta. Entre esto y lo de darnos a la fuga...QUÉ INTENSIDAD!! No nos imaginábamos que viajar con una pareja de la edad de nuestros padres podía ser tan emocionante!!jejeje.

Al llegar a la orilla del lago, debíamos atravesar un trocito de lago en barca para llegar al otro lado y tomar la carretera hacia Copacabana, lugar en el que  nos hizo gracia ver que cruzaban en los cargueros hasta los autobuses y los coches.


El tramo que hicimos en coche desde allí hasta Copacabana fue impresionantemente bonito. Paisaje de montaña con vistas al lago siempre diferentes y a otras montañas. 





Y Copacabana nos pareció más bonito de lo que pensábamos, con una de las iglesias más importantes de Bolivia, así que nos entretuvimos visitando la iglesia y comiendo por allí, pensando que no pasaríamos ni una noche en Copacabana. 

Copacabana desde la carretera.





Para muchos viajeros, Copacabana es sólo un pueblo de paso para acceder a la Isla del Sol, una isla que hay dentro del Lago muy sagrada para los Incas y que posee ruinas importantes de aquél imperio. Cuando decidimos ir al puerto para coger el ferry que nos llevaría a la isla, nos dicen que el que veíamos era el último barco para el día de hoy y que estaba zarpando ya. Clau dijo que queríamos ir los 4 pero que antes debía encontrar un párking donde dejar la camioneta, cosa que los locales vieron difícil y nos dijeron que no daba tiempo, que el barco salía ya. Con las prisas decidimos que Jordi y yo tomaríamos ese barco y que ellos irían a guardar bien el coche y que encontrarían la manera de llegar luego o que vendrían mañana. El camino fue precioso, pero ya fuimos preocupados sobre si habíamos hecho bien dejando atrás a Ceci y Clau, que por qué nos habíamos dejado llevar por las prisas del momento si nosotros no teníamos ninguna prisa... Ahí van algunas imágenes del viaje de dos horas en barco:








Y encima en la Isla del Sol era imposible tener wifi. Estábamos así en uno de los picos buscando cobertura, cuando oímos que venía un barco cargado de turistas (y eso que nos dijeron que era el último!!)...¿Serán ellos? Cuando empezamos a saludar y nos llega un grito de SAGÁRNAGA!! (esto es por una broma que llevábamos entre nosotros desde Uyuni muy larga para explicar por aquí). Eran ellos!! Pero cómo se nos fue cambiando la cara cuando vimos que su barco pasaba de largo y no paró en nuestra playa... Resultó que tomaron un barco hacia la otra playa con la idea de venir a visitarnos a nosotros al día siguiente, pero entre que el día siguiente diluvió y que se estaban encontrando un poco mal por tanta altura y haber tantas escaleras, decidieron volver a Copacabana. Y al no haber manera de comunicarnos, ellos no sabían cuántos días nos íbamos a quedar, y a ellos ya les quedaban pocos días para todos los kilómetros y paradas que aún tenían por hacer, por lo que decidieron proseguir la ruta. Fue doloroso separarnos sin poder despedirnos, y en cuanto volvimos a recuperar el wifi nos contactamos para despedirnos y no hemos dejado de tener contacto aun con ellos. Es increíble cómo nos hemos tomado tanto cariño y cómo hemos congeniado tan bien a pesar de la diferencia de edad. Han sido de los más grandes tesoros que nos llevamos de esta aventura y que esperamos recibir algún día en Barcelona. 

Y volviendo al lago Titicaca, resulta que es de los lagos más grandes del mundo (casi 10000 km2), el más elevado del mundo (a unos casi 4000 msnm), con una profundidad promedia de 100m (aunque en algunos puntos hay 300m de profundidad) y perteneciendo una mitad a Bolivia y la otra mitad a Perú. Se considera uno de los lugares más mágicos del planeta por todas las leyendas que contiene y la verdad es que una fuerte energía se nota al estar allí. La altura también se sufre un poco y al llegar a la Isla del Sol aún más, pues nada más llegar ves que la isla es súper empinada y que hay que subir cientos de escalones para llegar a cualquier hotel. Esa misma tarde fuimos a ver el atardecer desde uno de los picos y fue increíblemente bonito. El sol se pone entre montañas altísimas que rodean el lago y que están nevadas.








A pesar de ser una isla, el plan allí no es bañarse o ir a la playa (que yo pensaba que sí) ya que hace bastante frío y el agua está helada. Así que teníamos la idea hacer la isla andando y ver las ruinas, pero amaneció diluviando y nos dijeron que no iba a parar por días. Por este motivo y porque ese día el "Departament" publicaba en qué escuela me iba a tocar trabajar en septiembre (SÍ!! TRABAJAR!! qué raro suena...) y estábamos algo nerviosos, decidimos volver a Copacabana, ya que al menos hay wifi y algo más que hacer si llueve, y no se gasta tanto ni en los hostels ni en las comidas. Pero antes de volver a Copacabana, os comparto algunas bonitas fotos de esta peculiar isla:

Vista de la isla nada más llegar al puerto, bien verde y empinada!

Totoras, embarcaciones tradicionales de los habitantes del lago.

Interminables escaleras para llegar al poblado y a los hostels, pero qué bonita naturaleza!


Vistas desde la ventana de nuestra habitación...Impagables!





No nos podíamos ir de la isla del Sol sin antes hacer un poco de magia para hacer más llevadera la espera del barco.
Al llegar a Copacabana, cogimos un hostel muy mono y baratito, pero la habitación era tan pequeña que solo cabía la cama y una mesita y tenía la cama hecha polvo y nos dimos cuenta cuando íbamos a dormir que se clavaban dos hierros enormes en nuestros cuerpos. Tuvimos que poner en el suelo todas nuestras cosas, apoyar el somier en vertical en la pared y poner el colchón en el suelo. Hay que apañarse como sea!! 



Al día siguiente vimos que esta pequeña ciudad nos estaba enamorando, y que nos venía muy de gusto pasar una semanita tranquilos sin tener que visitar nada, sólo descansar, pasear, leer, estudiar, hacer blog...Así que buscamos una habitación mejor y nos instalamos allí a reponernos un poco después de todo el tute que llevábamos entre Uruguay, Brasil y Bolivia, 3 países en los que no habíamos parado.

Nuestro nuevo hostel con su jardincito y sus maravillosas vistas.

En Copacabana nos relajamos y nos dedicamos a avanzar blog, leer, estudiar, subir un cerrito para ver las puestas de sol, ir al mercado, cocinar, mirar las diferentes manifestaciones y fiestas que organizaban los partidos políticos porque estaban a punto de tener elecciones, y a comer mega fresquísimas truchas sacadas del lago por menos de 3 euros:


                                                                                     
Coloridas manifestaciones y fiestas donde corría el alcohol. 
Deliciosa trucha con vistas al lago.














Tras pasar una semana allí y un poco agobiados porque llovía casi cada día, la conexión era lentísima y sobre todo porque hacía muchísimo frío incluso dentro del hostel desde que se ponía el sol, decidimos que era hora de abandonar Bolivia y pasar al siguiente destino: PERÚ. 

Bolivia lo definiríamos como un país donde nos han demostrado que el ser humano es capaz de adaptarse a cualquier condición de vida, ya que hay muchísimas personas viviendo en lugares imposibles por la altura y la falta de oxígeno, e incluso la falta de cultivos, ya que en esas alturas casi que ni los vegetales pueden desarrollarse. Tiene una situación muy especial dentro de nuestro planeta, ya que este país está situado en el Altiplano, poseyendo así paisajes inimaginables. También es súper interesante por su cultura; ya que tienen una rica historia gracias al imperio inca, la invasión de los españoles, etc... Cosa que también ha hecho que sea un país muy curioso a nivel religioso. Ver a sus habitantes tan indígenas, pero con caras medio españolas, que pueden hablar tu idioma pero que los sientes tan alejados de ti es fascinante. También es impactante ver cómo un país tan y tan rico en materias primas y reservas naturales, puede llegar a tener gente tan pobre, pero tan humilde, sencilla y honesta a la vez. Definitivamente, Bolivia es un destino obligado, de los pocos países que quedan donde aun se conserva su autenticidad, donde te puedes entender por el idioma pero conociendo algo tan alejado a nosotros. Y por qué no decirlo siendo mochileros, el destino más económico de latinoamérica: se puede comer por 1 euro (como comen los locales) y dormir por 5 euros. GRACIAS BOLIVIA, TE LLEVAREMOS SIEMPRE EN NUESTRO CORAZÓN!!

Hasta el próximo capítulo...que será otro de los grandes: MACHUPICHU!!