HOLA FAMÍLIA CATALANA Y FAMILIA URUGUAYA!!
Por fin llegó otra de las partes del viaje que tanto
ansiábamos… URUGUAY!! Y no es que esperáramos esta parte por el país en sí, ya
que en nuestra ruta Uruguay no estaba presente, porque era alejarse demasiado, pero
después de lo que vivimos en Nepal con esta familia, tanto ellos como nosotros
necesitábamos mucho tener este reencuentro. Fue por esto que decidimos que el
vuelo desde Barcelona fuera a Montevideo, por las ganas de vernos y porque allí
empezaba todo el mundo sus vacaciones de verano, así que era el mejor momento
para visitarlos.
En el vuelo los sentimientos
ya nos empezaban a aflorar, y
sentíamos los nervios en el estómago por la emoción de reencontrarnos
sobre todo con el hermano y la madre de Bocha, y porque sabíamos que iban a ser
unos días muy intensos emocionalmente. Llegamos directos desde el frío invierno
de Barcelona al agradable verano uruguayo, y vinieron a recogernos al
aeropuerto los padres de Bocha: Madelón y Hugo. Nos hizo mucha ilusión reencontrarnos
y nos hizo mucha gracia también ver que Hugo (padre) nos recordaba tanto a
Bocha en su manera de hablar. Nos dijeron que estaba toda la familia veraneando
en Punta del Este, que si nos parecía bien iríamos directos hacia allí. Así que
hacia allí fuimos. Habían alquilado un apartamento por una semana, así que nos
instalamos allí y conocimos al resto del núcleo familiar de Bocha: su hermana
pequeña Milagros de 16 años, su hermana mayor Sofía con su marido Yeye y sus
dos hijos y sobrinos de Bocha (Diego de 4 añitos y Emilia de 2, y otra nena que
viene en camino), y el reencuentro con Huguito (el hermano mayor de Bocha que
vino a Nepal) y su novia Magui. Hicimos un pica-pica en el balcón al más puro
estilo español (habían hasta calamares a la romana y embutidos!!) y tuvimos unas
horas de distendida charla. Estuvo muy bien empezar así, sólo con los más
allegados; y además hubo muy buena conexión con todos, son una familia muy
sencilla que nos hacían sentir muy cómodos. También reímos mucho con ellos,
sobre todo con Hugo (padre), que es un hombre que siempre tiene alguna broma y
parece que nunca hable nada en serio.
Para que entendáis mejor todo lo que explicaré a partir de
ahora, os tengo que aclarar qué es Punta del Este: es una zona costera o un
“balneario”, como dirían los uruguayos, que forma como una península de manera
que tiene mar a los dos lados. Por un lado el agua proviene del río de La plata
(el río más ancho del mundo), por lo que el agua es menos salada y más
tranquila; lado al que los uruguayos llaman “La mansa”. En el otro lado se encuentra el océano atlántico, por lo que el agua es más oceánica pero aún mezclada
con el agua del río, ya que nos encontramos en la desembocadura del río de La
plata. En este lado hay más oleaje, por lo que recibe el nombre de “La brava”.
En cada lado hay innumerables playas, y todo está poblado de edificios
altísimos con apartamentos para alquilar, casas, mansiones, tiendas y
restaurantes. Hay que decir que aunque las playas son cómodas y están limpias,
no son ni el Caribe, ni la Costa Brava, ni las Baleares, ni sudeste asiático ni
nada que se le parezca. Y es la zona “chic” de Uruguay, donde veranean y se
enamoran los famosos de moda, por lo que es una zona más bien cara, motivos por
los que no atrae a mochileros (aunque sí a argentinos adinerados). Pero lo
interesante de Punta del Este no es su paisaje, si no lo que sucede allí entre
los uruguayos. Aunque la mayoría viven en Montevideo, muchísimos uruguayos
alquilan casas o apartamentos en Punta del Este para el verano. Punta del Este
está a 1’5 horas aproximadamente de Montevideo y está unido por la mejor
carretera de Uruguay (la única que tiene 2 carriles para un mismo sentido!!). Así que
por allí se encuentran todas las familias y todos los amigos, y de todas las
generaciones además, ya que lo primero que ves al llegar allí es que los
uruguayos son súper familiares y pasan las vacaciones todos juntos, desde los adolescentes hasta los bisabuelos. Y los días allí se pasan de la
siguiente manera: por la mañana se telefonean o wasapean a ver si ese día está
mejor “la Brava” o “la Mansa”, van a la playa, se encuentran con un montón de
amigos y familiares, comen, se echan la siesta (en esto también son muy
españoles) y luego se van a pasear o a hacer un asado en casa de quién sea, de
manera que así también se visitan las casas que han alquilado cada uno y se van
diciendo “Qué divina!”, jejeje!! Esta expresión es muy uruguaya. Y se acaba el
día comiendo un helado en una heladería italiana muy famosa y concurrida, o, comiendo
churros!!! Esto nos sorprendió muchísimo porque fuera de España no los habíamos
visto nunca, pero más aun nos sorprendió que los coman en verano y en la playa!!!
Volviendo al tema y resumiendo, que si vas a Punta del Este como turista y sin mezclarte con uruguayos pues no tiene mucho encanto, pero si lo vives como un uruguayo es bien
entretenido: de playa en playa, de asado en asado, y todo encontrándote y
compartiéndolo con mucha gente.
Aquí os comparto una foto con Madelón en una de las playas
de la Mansa, donde se ve toda la punta con los edificios:
Esa misma noche, nos llevaron a comer un asado a la casa
alquilada de la hermana de Madelón, Lucía, la cual vino junto con su hijo Tuni
(y primo de Bocha) a recoger a Madelón y Huguito a Nepal para acompañarlos a la
vuelta; por este motivo también los conocimos en Nepal (aunque muy pocas horas)
y nos hacía mucha ilusión volver a verlos. A parte de ellos, allí también
estaba la abuela materna de Bocha, el otro hijo de Lucía y su mujer, los padres
de Magui (novia de Huguito), etc. Este fue el momento en el que comimos nuestro
primer asado uruguayo, hay que reconocer que son unos profesionales en la
materia y que la carne es de primera calidad…y encima acompañado de vinito, nos
encantó!!
La velada estuvo
genial y muy emotiva, recordamos mucho a Bocha, y acabó con un show de magia:
El resto de días seguimos recorriendo lugares de Punta del
este; y de lo que más nos sorprendió fue encontrarnos con estos lobos marinos
en el mismo puerto:
Seguimos descubriendo playas y compartiendo más tradiciones
uruguayas, como beber mate todo el tiempo, incluso en la playa (van con el
termo de agua caliente a todas partes!) y como jugar al “Tejo”, un juego
sencillo y entretenido que se ve en todas las playas uruguayas:
Y también visitamos algunas playas o paisajes que nos parecieron muy bonitas, como la de
José Ignacio, y el paisaje general en todo el país es muy muy verde:
El día que fuimos a José Ignacio, visitamos a Sofía (hermana
mayor de Bocha) que estaba allí en una casa alquilada junto con toda la familia
de su marido: Yeyé tiene 3 hermanos más, entre los que reúnen a 8 niños de
entre 1 y 6 años y varios que están en camino, más los abuelos y la bisabuela. Aunque algunos uruguayos digan que no, LAS FAMILIAS URUGUAYAS SON MUY NUMEROSAS!! Eso sí, mejor que se lo pasan!! La casa era preciosa, con piscina y en frente de un lago y mucho césped, y muy
animada con tanto niño.
Ese día nos invitaron a comer
milanesas, otro plato típico uruguayo, y yo encantada!!! Se podría decir que
todos los uruguayos han crecido a base de asados y milanesas. Y ese divertido
encuentro acabó con otro show de magia y mentalismo: primero para adultos y
luego para niños.
Y la última cosa que hicimos en Punta del Este que también
nos resultó muy emotiva, fue hacer un asado con casi todos los amigos de Bocha.
Necesitaban conocernos, y oír de nuestros labios cómo fueron los últimos días
de su amigo. No nos esperábamos encontrar a tantos jóvenes: eran más de 20
chicos/as y varios de los padres de ellos también estaban allí. La mayoría eran
amigos de Bocha desde la escuela o desde el instituto, y muchos habían compartido desde el inicio del viaje
muchos meses con Bocha en Nueva Zelanda trabajando para hacer dinero y luego
viajando por sudeste asiático, y algunos otros se conocieron por el camino, pero como bien uruguayos que son,
se juntaron todos y en algunas etapas del viaje llegaban a ser como 20
uruguayos viajando juntos!! Para nosotros era incréble!! Qué jaleo!! Llenaban
hostels y buses enteros!! Nos llamó la atención que muchos de ellos/as y el
hermano y la hermana mayor se habían hecho tatuajes sobre Bocha: alguna frase
del poema sobre los viajeros que escribió Bocha, Bocha en escritura nepalí,
Bocha estirado en una hamaca leyendo un libro… Y nos llegó muchísimo todo el
amor que le tenían (y tienen) a Bocha. Todos se emocionaron mucho escuchando la
historia, y luego nos contaban anécdotas de Bocha, como que siempre había
querido hacerlo todo de la forma más barata posible, sin depender del dinero,
que era un gran escuchador, preguntando siempre a todo el mundo sobre su vida y
confrontando a los demás con preguntas filosóficas sobre el sentido de sus
vidas, que era un amigo que ayudaba a cualquiera con sus consejos y ayudaba a
reflexionar, que casi todos lo tenían por “el mejor amigo” al que le podías
confiar cualquier cosa, que siempre buscaba el lado positivo y la enseñanaza de
todo lo negativo que pasaba, que no estaba muy a favor de las tecnologías y de
que todo el mundo esté con el móvil y el Facebook todo el día, que era un gran
lector de libros, que tenía una madurez y una sabiduría mayor de la que tenían
los demás… Luego también tenía el grupo de amigos de la universidad de
periodismo, muy diferentes a su grupo habitual, y también iba a un curso de
escritura donde tenía hasta amigos ancianos. Pero a parte de esta
“profundidad”, también lo caracterizaba la locura absolutamente animal y
terrenal por su equipo de fútbol. Todo esto lo hacía especial y diferente de
sus amigos; motivo por el que también los complementaba y les ha dejado una
gran enseñanza. A través de ellos también conocimos más a Bocha, ya que
nosotros tampoco llegamos a conocerlo tanto, y vimos lo duro que debe de ser
también perder a un gran amigo. Todos estos chicos /as nos parecieron muy buena
gente, muy educados y sencillos, y muy “amoroooooosos” como dirían en Uruguay. Y
también se demostró la buena relación que se ha creado entre los amigos de
Bocha y la familia; los amigos han arropado mucho a la familia de Bocha y ellos
han abierto las puertas de su casa a todos sus amigos, de manera que lo
recuerdan juntos y se dan apoyo.
Esta velada también acabó con un mega show de magia y
mentalismo, y hay que recalcar el buen público que son los uruguayos,
totalmente entregados, participativos y agradecidos:
Estuvo muy bien este encuentro, creo que para ellos fue como
si trajéramos un trocito de Bocha y todos nos abrazaban y daban las gracias al
despedirnos; y para nosotros fue conocer muchas más facetas de esta persona que
nos ha marcado tanto.
Después de una semana en Punta del Este, nos fuimos a
Montevideo y nos instalamos en casa de Bocha, con sus padres, su hermano, su
hermana y el otro importante miembro de la familia, cariñoso y pegajoso como él
sólo, Charlie:
Ah! Y aunque no viva allí, también amistamos mucho con Olga, la señora que los ayuda a tirar los quehaceres de la casa para adelante; es muy simpática y cariñosa, y Bocha la quería muchísimo.
Llegar a esta casa también fue muy emotivo, está llena de fotos de Bocha (alguna tomada por nosotros durante el trekking en Nepal) y nos instalamos en su habitación y la de su hermano, toda decorada con motivos de su equipo de fútbol. Esta casa se convirtió también en nuestro centro de operaciones, de manera que aquí dejábamos nuestras pertenencias y con una mochila más liviana íbamos a recorrer otros lugares. En cuanto llegamos a Montevideo, nos fuimos al aeropuerto a recoger a……… MI MADRE!! Tal y como lo leéis, mi madre se unió a nuestra vuelta al mundo por 1 mes entero!!! La cuestión es que desde que empezamos a viajar, tanto Jordi como yo hemos pensado muchas veces y en muchos lugares cómo nos gustaría estar compartiéndolo con nuestros padres; y los dos hemos ido insistiendo en que nos visitaran en algún punto de este largo viaje. Por trabajo, cuidado de abuelos y cuestiones varias, ninguno se decidía a venir; pero cuando ya pasamos del año de viaje, a mi madre se le hizo muy dura nuestra ausencia y al fin se decidió a venir. Mi padre no podía por su trabajo, pero ella se lo podía montar y me pidió que le sacara un vuelo con seguro por si alguno de mis abuelos empeoraba y ella se tenía que quedar. Esto lo decidimos cuando estaba yo en Chile, y del recorrido que nos quedaba mi madre eligió venirse a Uruguay por dos motivos: podría pasar la navidad en Barcelona porque a Uruguay teníamos previsto llegar en año nuevo, y porque después de lo acontecido con Bocha, ella también se quedó muy afectada, acordándose cada día de esta familia, y le hacía ilusión conocerlos. Así pues, le saqué un vuelo para el día 7 de enero; y ella se hizo su primer pasaporte (nunca había tenido!! Y nunca había salido de España!!), con lo que decía que se sentía tan ilusionada que le habían sacado 10 años de encima. Pero a los 3 días de comprarle el vuelo, llegó la inesperada noticia de que mi abuelo había fallecido, por lo que Jordi y yo volvimos a Barcelona. Todo quedó en el aire, pero a medida que fueron pasando los días (pasó más de 1 mes y medio), íbamos viendo que mi abuela se iba estabilizando, que entre los hermanos se podían hacer cargo de ella ese mes, y mi madre se sentía con más libertad de hacer este viaje; primero porque mi abuelo ya no estaba (que es por el que más ella habría sufrido en la distancia) y segundo porque mi padre también me había visto y disfrutado, ya que le sabía mal venirse sin mi padre porque él también tenía muchas de verme. Y por qué no decirlo… porque era la primera vez que hacían algo por separado, nunca se han separado más de 2 días!!
Llegar a esta casa también fue muy emotivo, está llena de fotos de Bocha (alguna tomada por nosotros durante el trekking en Nepal) y nos instalamos en su habitación y la de su hermano, toda decorada con motivos de su equipo de fútbol. Esta casa se convirtió también en nuestro centro de operaciones, de manera que aquí dejábamos nuestras pertenencias y con una mochila más liviana íbamos a recorrer otros lugares. En cuanto llegamos a Montevideo, nos fuimos al aeropuerto a recoger a……… MI MADRE!! Tal y como lo leéis, mi madre se unió a nuestra vuelta al mundo por 1 mes entero!!! La cuestión es que desde que empezamos a viajar, tanto Jordi como yo hemos pensado muchas veces y en muchos lugares cómo nos gustaría estar compartiéndolo con nuestros padres; y los dos hemos ido insistiendo en que nos visitaran en algún punto de este largo viaje. Por trabajo, cuidado de abuelos y cuestiones varias, ninguno se decidía a venir; pero cuando ya pasamos del año de viaje, a mi madre se le hizo muy dura nuestra ausencia y al fin se decidió a venir. Mi padre no podía por su trabajo, pero ella se lo podía montar y me pidió que le sacara un vuelo con seguro por si alguno de mis abuelos empeoraba y ella se tenía que quedar. Esto lo decidimos cuando estaba yo en Chile, y del recorrido que nos quedaba mi madre eligió venirse a Uruguay por dos motivos: podría pasar la navidad en Barcelona porque a Uruguay teníamos previsto llegar en año nuevo, y porque después de lo acontecido con Bocha, ella también se quedó muy afectada, acordándose cada día de esta familia, y le hacía ilusión conocerlos. Así pues, le saqué un vuelo para el día 7 de enero; y ella se hizo su primer pasaporte (nunca había tenido!! Y nunca había salido de España!!), con lo que decía que se sentía tan ilusionada que le habían sacado 10 años de encima. Pero a los 3 días de comprarle el vuelo, llegó la inesperada noticia de que mi abuelo había fallecido, por lo que Jordi y yo volvimos a Barcelona. Todo quedó en el aire, pero a medida que fueron pasando los días (pasó más de 1 mes y medio), íbamos viendo que mi abuela se iba estabilizando, que entre los hermanos se podían hacer cargo de ella ese mes, y mi madre se sentía con más libertad de hacer este viaje; primero porque mi abuelo ya no estaba (que es por el que más ella habría sufrido en la distancia) y segundo porque mi padre también me había visto y disfrutado, ya que le sabía mal venirse sin mi padre porque él también tenía muchas de verme. Y por qué no decirlo… porque era la primera vez que hacían algo por separado, nunca se han separado más de 2 días!!
Así pues, fuimos a recogerla al aeropuerto con mucha
ilusión… Aunque si las cosas hubieran ido según lo previsto, la hubiéramos
recogido allí después de 16 meses sin vernos; yo creo que si hubiera sido así
me la hubieran bajado del avión desmayada!! Aunque también estuvo bien que yo
estuviera en Barcelona para ayudarla con los preparativos (seguro de viaje,
mochila…). Aquí va una foto de mi madre saliendo nerviosa del invierno de
Barcelona, y otra foto bien contenta llegando al verano uruguayo. No olvidemos
que también era la primera vez que cogía un avión sola, y con trasbordo y de un
vuelo taaaaan largo!

Para los que no la conozcáis, mi madre se llama Paqui, pero como se vino a viajar como lo hacemos nosotros con su mochila y todo (primera vez en su vida que viaja con mochila), pasó a ser una backpacker (mochilera), por lo que a partir de ahora será la BACKPACKI.
Uno de los primeros días de estar en Montevideo fue la misa por el año desde el
fallecimiento de Bocha. Fuimos allí y fue muy emocionante ver a tantísima gente reunida, serían unas 300 personas, algunas en la puerta de la iglesia porque ya
no había espacio, y teniendo en cuenta que era en medio del verano y mucha
gente estaba fuera de vacaciones, era una cantidad enorme. Lo cual vuelve a
demostrar lo querido que es Bocha. También nos sorprendió ver a tanta gente
joven que sabían rezar, cantar y lo que tocaba hacer en cada momento, cosa
imposible de encontrar hoy en día un nuestro país. Les regalamos un libro en
blanco encuadernado por el padre de Jordi, y lo destinaron a que la gente
pudiera escribir sobre Bocha. Aunque ya habíamos conocido a muchísima gente,
ese día conocimos a muchísimos más; y casi todos los días que estuvimos por
Montevideo estuvimos quedando con unos y con otros, riendo, charlando, haciendo
gazpachos y muchísima magia.
En Montevideo estuvimos yendo y viniendo, y una de las cosas
que hicimos allí que más nos emocionó fue ir a ver “El clásico” de verano: el
Peñarol contra el Nacional (eternos rivales). Luís, uno de los amigos más
íntimos de Bocha y con el que compartía el amor por el Nacional, nos invitó a
ir a ver el clásico. Nos recogió en casa, nos dio ropas con los colores del
Nacional para que nos vistiéramos y fuimos al estadio, a sentarnos al lado de
la barra brava, que es por donde se ponía Bocha. La barra brava son como
los “ultras” o los “boixos nois”, pero con la diferencia de que están a sus
anchas, pues allí no entra ni la policía ni hay “seguratas”. Fue súper
emocionante entrar allí dentro!!! Esta era la gran pasión de Bocha, cuántas
fotos le hicimos en el trekking con la bandera!! Y aun recuerdo que cuando
estábamos con él en el hospital de lo poco que pudo hablar con su familia lo
que más le intrigaba era ver qué había pasado en el clásico. Y entrar en ese estadio y ver a tanta gente
compartiendo esa pasión!! Todos iban con los colores azul, rojo y blanco y
todos cantaban todo lo fuerte que podían, hemos de reconocer que se nos
saltaron las lágrimas… Y qué afición!! No dejan de cantar (tienen muchísimos cánticos diferentes) y tocar en ningún
momento, sólo para cantar goles o quejarse, y no se sientan nunca! Luego
empezamos a verlo más objetivamente y la verdad que es una locura: encienden
muchísimas bengalas (que están prohibidas), se emborrachan, se pelean entre
ellos y ya te puedes apartar como puedas… Y nadie viene ni a separarlos, ni a
ver si hay heridos ni nada. Hay como unos cabecillas en la barra brava que son
los que deciden lo que hay que hacer. Y cuando marcan goles o ganan, se suben
escalando hasta arriba de las valla. Y la salida también es un poco
claustrofóbica, ya que primero hacen salir del estadio a los que han perdido,
con lo que pasan como 20 minutos con toda la gente del bando ganador apiñada en
las puertas deseando salir. Y en la calle hay mucha policía y calles cortadas y
separadas para que los de un equipo vayana por un lugar y los del otro equipo
por el otro. La verdad que había momentos que aquello parecía el patio de una
cárcel. Pero ganamos 3-0, con lo cual lo disfrutamos mucho del partido, aunque yo
estaba más interesada por todo lo que pasaba alrededor con la afición que por
el juego. Y Luís, que no sabía que mi
madre es una amante del fútbol y un poco “hooligan” también, estaba preocupado
por si mi madre se aburriría o lo pasaría mal…Y se quedaron alucinando con
ella!! Aquí la tenéis cantando a mano alzada como la más forofa de los forofos
del Nacional; gracias Luís por regalarnos esta experiencia!
Otra cosa que sucedió en Montevideo y que me hizo mucha ilusión fue reencontrarme con dos alumnos (hermanos) que había tenido en el cole Gavà Mar. A causa de la crisis se mudaron a Montevideo por una oferta de trabajo hace solo unos 7 meses, así que quién nos iba a decir que nos íbamos a encontrar allí!! El pequeño, Tiago, era del grupo con el que me despedí del cole para emprender mi viaje, y me dio mucha penita dejarlos y a ellos también despedirse de mi, así que fue muy bonito el reencuentro. Nos fuimos juntos a pasar el día en la playa, y aunque al principio se mostraba tímido, quería ir todo el rato de mi mano o que yo lo cogiera encima de mío, muy cariñoso. Reímos mucho recordando anécdotas del cole, de las travesuras de Tiago, de los disgustos de Matías cuando se quedaba al comedor… Y a Matías lo encontré muy guapo y hablador (bueno, eso como siempre), pero ya recuperado todo su acento argentino.
Aun quedamos otro día más con ellos para ir a ver las
famosas “Llamadas”, que son los desfiles de carnaval de Montevideo. Los hacen
al estilo brasileño (aunque mucho más cutre), hay gradas para el público, hay
una banda muy numerosa de hombres tocando el tambor, y las chicas se disfrazan
con plumas, purpurina, y la menor ropa posible. La tradición viene de cuando
los esclavos africanos estaban por allí, que se llamaban con los tambores entre
ellos, de ahí su nombre. Es bonito y tradicional, pero bastante repetitivo y
largo, así que tras un par de horas tuvimos suficiente:
Ese día de las llamadas, nos quedamos a dormir en el hostel que lleva un amigo del pueblo de Jordi, de La Pobla de Segur!! Qué pequeño es el mundo!
Y nos encontramos otro día más con la familia Dupetit poco antes de irnos de Uruguay para despedirnos, merendamos y vimos esta puesta de sol tan espectacular:
Y aquí os comparto alguna foto de los dos para que veáis desde Gavà Mar lo
guapos que están; porque aunque les va bien y están contentos, me consta que
echan mucho de menos Barcelona, y sobre todo Gavà Mar y sus amigos:
Gracias familia Dupetit!! Parece increíble la unión que se
puede llegar a crear entre maestra-alumnos-familia!!
Y por último, Madelón nos hizo de guía y de chófer y nos
mostró Montevideo. Es una ciudad tranquila, colonial y lo más bonito es que
toda mira al mar (o más bien dicho al río de La plata). Toda la ciudad tiene
playa, y aunque el agua es marronosa porque proviene del río, el agua está
limpia y todo el mundo tiene alguna playa cerca y la disfrutan también paseando,
haciendo footing o sky-board.
Nos llevó a ver el centro, el fuerte, plazas y monumentos,
una casa colonial de una familia que había sido importante, y lo que más nos
gustó: a comer al mercado central, un lugar muy popular donde hay muchos asaderos
a la vez. Comimos asado, y probamos el “babybeef” y el “medio-medio”, una
bebida muy buena.
Y otra cosa que le hizo mucha gracia a la backpacki fue ver
una ciudad decorada de navidad en pleno verano:
Por último, pasamos otro día buenísimo en compañía de la
familia más cercana de Bocha, en casa de Lucía y Tuni. Fue un día muy relajado,
hablamos de muchas cosas, reímos y disfrutamos de la súper casa de Lucía, que
tiene piscina y lago propio!! Ah!! Y otra "primera vez" de la Backpacki: bañarse en un lago!!
Y nos despedimos con esta instantánea tomando una copa de
vino en la piscina… esto ha sido lo más
parecido a una luna de miel que vamos a tener!!
No os asustéis si nos veis más rellenitos, entre las
navidades en Barcelona y los asaditos y las milanesas… qué queréis??!!
Hay mucho más sobre Uruguay que explicar, así que nos vemos en el siguiente apartado, la parte más rústica y
natural de Uruguay: punta del diablo y Cabo Polonio. HASTA LA PRÓXIMA!!
Tremendo!!!! Un abrazo a los dos! Parece que los conozco de tanto leerlos! Que disfruten Uruguay (vivo en Montevideo) Supe disfrutar de su Barcelona querida unos días tiempo atrás y cuanto la extraño! Se me hace que les va a gustar mucho PDD y Cabo Polonio! Saludos! Mariana :)
ResponderEliminarOOOHHH cuantos recuerdos !!! leer esta entrada es como volver a vivir muchos momentos ahí!
ResponderEliminarlo explicas todo tan bien NOE!!! como me alegro de haber compartido un trocito de vuestra aventura con vosotros... y elegir uruguay!!! conocer a esta gran familia y amigos de BOCHA es algo que siempre llevare en mi corazón! gracias a vosotros y a todos ellos por darme tanto!!!
os quiero guapos BESITOS!!!
Queridos Noe y Jordi! gracias por compartir esta maravillosa aventura con nosotros. Ha sido una enorme alegria haberles visto, abrazarles y escuchar en directo las vivencias de este viaje. Matias y Tiago tenian mucha ilusion por ver a Noe, han disfrutado mucho su compañia y han alucinado con la magia de Jordi! siempre hablan y recuerdan las bolitas naranjas saliendo de detrás de las orejas de Tiago! También fue una sorpresa y enorme alegria haber visto a Paqui con quien charlamos varias veces en la playa de Gavá Mar! Ya nos conociamos y fue un placer verte de nuevo Paqui! Gracias chicos por haber sido parte de vuestro viaje que siempre cuentas tan bien Noe y nos haces vivir vuestra experiencia con tus entradas en el blog. Sigan disfrutando este aventura, nos ha encantado verles!!! Matias, Tiago, Edu y Corina
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