jueves, 15 de mayo de 2014

CAMBOYA: aventurote en Ratanakiri

Hola familia!!
La aventura que voy a explicar hoy, merece una entrada aparte...Y además estoy pensando en hacer cada país en diferentes aparatados y más cortitos...porque luego resumir todo lo que hemos vivido en un país en una sola entrada se me hace muy difícil!!

Como ya sabéis, del sur de Laos pasamos a Camboya en autobús junto con nuestra amiga Stefix. El trámite es muy sencillo, aunque mucha gente diga que es mejor tramitar el visado con antelación, nosotros lo sacamos en la frontera en 5 minutos y cuesta 20 dólares. Íbamos sin rumbo alguno (para variar), sin mapa ni guía alguna, así que decidimos destino en el mismo autobús. El autobús que nos recogió en la frontera a todos los turistas, hacía parada en la siguiente ciudad más turística y cobraba 17 dólares por persona: QUÉÉÉÉÉ??!!17 DÓLARES!! Todos los viajeros ya nos habían comentado que Camboya era un poco más caro, pero tanto!! Así que la decisión vino sola: le dijimos al encargado que le pagábamos lo mínimo y que nos bajara del bus donde quisiera. Así, nos paró en una carretera con el consejo de "vosotros mismos, aquí no funcionan las cosas como en vuestro país"...y nos pusimos los 3 a hacer autostop. 1a cosa importante: no se hace como en Europa levantando el pulgar, si lo haces así todos te lo levantarán en señal de OK y no entenderán nada; se tiene que hacer el gesto de que paren el coche. Pasamos un mal ratillo al principio, pues estábamos debajo de todo el sol y apenas pasaban coches...Pero a la media hora, un coche paró con 4 camboyanos dentro, nos hicieron hueco no sé ni cómo, y allí nos metimos 7 adultos en un coche. No hablaban nada de inglés, así que les dijimos que nos dejaran en el próximo lugar donde se pudieran coger buses locales. Eran súper majos, y al final se animaron y condujeron más de una hora sin pedirnos nada, y en vez de dejarnos donde la parada de buses, nos dejaron en la primera ciudad importante al noreste de Camboya: BAN LUNG, en la provincia de RATANAKIRI. 
En este area, empiezan a haber guesthouses porque hay un lago muy bonito y unas cascadas bastante importantes, pero viene poca gente porque cae muy alejado de los centros turísticos de Camboya, que son los templos de Angkor, la capital y el pueblo de playa Sihanoukville, para ir a las islas. Digamos que los viajeros que se acercan hasta aquí, es que vienen con ganas de aventura y de investigar una de las zonas más desconocidas de Camboya. Ya el pueblo en sí es bastante interesante, es vida camboyana 100%, aquí no encontraréis mercadillos para turistas, souvenirs, o comida que no sea camboyana.
Ah!! Y nada más llegar a Camboya hay que enterarse bien cómo va la moneda, ya que los cajeros sólo expenden dólares, así que se paga en dólares (lo que ya encarece todo), y te devuelven en dólares o en moneda local.
Encontramos una guesthouse con dos camas de matrimonio, donde podíamos dormir los 3, por 5 dólares entre los 3, delante de un precioso lago. Y desde allí, miramos en internet qué cosas se podían hacer en esta zona. Vimos que más hacia al norte, habitaban las minorias étnicas, o pueblos indígenas camboyanos, que son menos del 1% de la población, y que habían empresas que te montaban la excursión por 40 dólares. Pero ya que veníamos con espíritu aventurero, decidimos que lo haríamos por nuestra cuenta. Y AQUÍ EMPEZÓ LA AVENTURA!!
Nos levantamos a las 6 de la madrugada, nos preparamos una mini mochila con lo imprescindible para dormir por el camino, y alquilamos unas bicis de montaña. Cuando ya nos disponíamos a salir del hostal, justo el perro de la familia le mordió bien fuerte a la niña. Le hizo una buena herida, y los dos hombres allí presentes (el padre de la niña y el Jordi), decían que se mareaban, así que tuve que coger nuestro botiquín (tan bien preparado por la madre de Jordi), la curé como puede con oxigenada y yodo, le tapé la herida para que no se le pusieran las moscas, y le dije al padre que la llevara al médico porque igual necesitaba algún punto y sobretodo alguna vacuna. Volvieron a los 5 minutos del médico (literalmente), y el padre me dijo que el médico le había puesto una vacuna y que la herida ni la había destapado!!! Qué médico hace eso? Una mordida de perro!! Así que nos miramos y dijimos: metemos el botiquín entero en la mochila también!! Que si dependemos de la sanidad aquí!! 
Y así empezamos la aventurita:
Sobre las 7 de la mañana ya estábamos en ruta. El inicio fue genial, pues la carretera era nueva y asfaltada. En el norte de Camboya empezaron a construir carreteras en 2011 y aún están en ello, así que a la hora de ir en bici, se acabó el asfalto...
Las carreteras son de arena roja y finísima, hacen un polvo increible y se mete hasta en los rincones más recónditos del cuerpo. Uno sólo con la bici ya levanta polvo, pero cuando pasa una moto o un coche al lado tuyo...bbbuufff!!! a cerrar los ojos y a masticar arena!! Y encima el camino dejó de ser plano, casi todo el tiempo eran subidas y bajadas, y a partir de las 9 de la mañana ya estábamos a 35 grados como poco...Cuando ya llevábamos unas 4 horas, yo cada subida la veía más empinada, y Stefix también, me sentía quemada por el sol, empapada en sudor, llenísima de polvo...Ya las subidas las hacíamos caminando, y las bajadas al final también, porque de cansancio la bici me resvalaba con la arenilla y ya estaba a punto de caerme de la bici...Ya estaba a punto de derramar las primeras lágrimas, subiendo la cuesta caminando y con los pies hundidos en la arena, cuando apareció un coche de estos grandes, un "pick up", e iba vacío!!! Le pedí que parara y me recogió, y había aire acondicionado en el coche!!!! Al pasar la cuesta estaban Stefix y Jordi caminando ya también, les saludé desde la ventanilla con una sonrisa de oreja a oreja, y a Stefix se le iluminó la cara y se subió corriendo al coche también, y Jordi quiso seguir con la bici.
LLegamos a Ta Beng, el pueblo que hay antes de llegar a las zonas tribales, y allí esperamos a Jordi tomando un café con leche condensada y hielo...Esta es la bebida de moda en Camboya y la que nos ha tenido enganchados todo el tiempo que hemos estado en este país...viva la leche condensada!!
Así estábamos de "limpias", y de contentas por haber dejado de "sufrir":
 En menos de 1 hora llegó Jordi a este pueblo y comimos un plato de arroz hervido!!! Porque sólo había eso y carne con no muy buena pinta...Este pueblo en sí ya es interesante de por sí. Viven sin agua corriente y sin electricidad, sólo por la noche encienden unos generadores que además hacen un ruido tremendo. La gente de allí ya alucinaban de ver a 3 turistas allí metidos, y en bici y lenos de roña!! Decidimos seguir la ruta a ver si encontrábamos aquellos pueblos o un cementerio de los pueblos indígenas, que como animistas que son, es un cementerio muy curioso de ver.





















Volvimos a coger las bicis, con un dolor de culo tremendo, y seguimos el camino probando suerte, pues ni teníamos mapa, ni nadie nos sabía indicar nada...
Llegamos a un poblado donde sólo se veían animales en libertad y niños. Nos acercamos a una casa a preguntar cómo cruzar el río (sólo sabíamos que teníamos que cruzar el río) y se nos quedaron mirando sin entender qué hacíamos allí, ni qué queríamos, fue imposible entenderse y no nos contestaron nada. Así que proseguimos el camino como 2 horas más (ya sin subidas, por suerte) bordeando el río que no sabíamos cómo cruzar. El paisaje era espectacular, lleno de árboles y con un colorido especial: el verde era súper intenso y el marrón rojizo de los caminos hacía un contraste espectacular. Y también fuimos viendo la vida de la poca gente que vive por allí: en casas alzadas para la época de lluvias, bien sencillas y rudimentarias, animales de granja campando a sus anchas, niños por todas partes, y los adultos durmiendo en las hamacas o compartiendo el rato relajadamente en pequeños grupos. Era parecida a la vida en Laos.

Llegamos a otro poblado, empezaba a atardecer y yo ya estaba que no podía más...llevábamos ya como 60 km en bici, cosa que yo no había hecho ni por asomo en mi vida!!Y menos a 35-40 grados!! Intentamos preguntar a los jóvenes que asomaron, pero no nos sabían decir nada...A parte de que no hablaban inglés, la gesticulación es súper diferente, incluso el "sí" o el "no" lo expresan con gestos diferentes, así que no había manera de sacar nada en claro...Yo decía de volver por donde habíamos venido porque al menos sabíamos que llegaríamos a Ta Beng y que allí podríamos pasar la noche...Pero Jordi y Stefix opinaban que no, que debíamos seguir el camino y a algún lado llegaríamos...Yo el único gesto que entendí fue el de que el sol se iba a ir en breve; no sabíamos donde estábamos, hacia dónde ir, no teníamos comida, estaba agotada...Y aguantándome las ganas de llorar, a lo que Jordi me dijo "vas a llorar?", y yo dije "no!", pero ya con las lágrimas cayendo...porque lo bastante que te digan que si vas a llorar cuando te estás aguantando para que llores. Así que vino a abrazarme, y todos los indígenas al unísono: "oooohhhh!!" Parece que esa expresión sí que es universal. Decidimos seguir hacia adelante y justo a los 5 minutos había un poblado con una tienda abierta y paramos a comprar agua. Cual fue nuestra sorpresa cuando vimos que todo el pueblo (unas 50 personas) estaban de fiesta. Con unos mega altavoces sonando música tradicional, algunos bailando, los niños alucinando, y la mayoría borrachísimos o no sabemos qué más, porque vimos a una señora como haciéndose un porro pero con la hoja de una libreta...Creo que ellos se quedaron más perplejos que nosotros. Nos cogieron y nos pusieron a bailar rápido:
 Las señoras más mayores, llevaban unas faldas especiales y tenían dilataciones enormes en los agujeros de las orejas, cosa que nos confirmó que habían sido tribales; lo que a día de hoy, como en la mayoría de zonas que habían habitado tribus, ya sólo los mayores mantienen algo de la identidad en las ropas. Estos poblados están bastante olvidados, como habéis visto, viven súper alejados de todo y desconectados. Casi no tienen acceso a la sanidad, por la distancia y porque en Camboya es privada y ninguno de ellos la podría pagar, así que se curan a su manera y la tasa de mortalidad es elevada. No tienen agua corriente, hacen agujeros al lado del río para que la propia tierra la filtre (ya que al menos saben que directamente no la deben beber), y la electricidad la sacan a ratos de baterías de camiones. El poblado está lleno de basura y viven entre ella, no hay ninguna escuela cerca para los niños y la mayoría de adultos son analfabetos. Ese día, como podéis ver en la siguiente foto, tenían preparados unas jarras con unas bebidas rarísimas, espesas y llenas de cosas flotando que no nos atrevimos a probar. Allí la gente se amorraba a la cañita y bebían todo lo que podían.
 En la siguiente foto se ve a la señora del porro. Y no hay más fotos porque no se sentían cómodos con la cámara, así que no hicimos más.
Era un sitio donde nos podríamos haber quedado a dormir en algún suelo, y donde había comida, pero vimos que estaban tan desfasados (ves a saver cómo acabaría la cosa)y que no nos entendíamos en nada, que decidimos mejor irnos. Pero antes de marchar, Jordi regaló un poco de magia al jefe de la tribu y a algunos más, pero las reacciones fueron increibles. No lo acabaron de entender y no les hizo mucha gracia, así que solo hizo un juego y lo dejó:



















Después de esto, seguí el camino con las fuerzas renovadas, pues sentía que todo el esfuerzo había valido la pena por compartir ese rato con esa gente y en ese lugar. Nos quedaban aun bastantes kilómetros en campos y campos de caucho (o látex):




















Esto de las plantaciones de caucho es un tema aparte, pues en resumen, se ve que Vietnam (y creo que también China, al igual que está haciendo con Laos), compran muchos terrenos a Camboya, queman el bonito bosque y ponen plantaciones de caucho.

A mi ya me había cambiado el chip, y ya me daba igual hasta dormir en medio del camino a pesar de haber visto alguna serpiente muerta. Pero entonces era Stefix la que se empezaba a preocupar, porque empezaba a irse el sol y le daban miedo los "animales nocturnos". En estos caminos ya no habían ni más poblados ni nada, y ya no teníamos ni agua ni comida, así que cuando llevábamos como otro par de horas pedaleando, y estábamos todos ya un poco desesperados y agotadísimos, vimos venir un coche y lo paré. El chico hablaba inglés!!!! Nos indicó hacia dónde estaba el pueblo donde habíamos comido: a unas 3 horas. Me debió de leer la cara que puse y me dijo "yo voy a descargar estos vidones aquí cerca y luego voy para allá, si queréis os llevo". SSSÍÍÍÍÍÍÍ
Jordi lo acompañó para ayudarlo y en 15 minutos ya nos estaban recogiendo. Coche con aire acondicionado y con un paquete de botellas de agua precintadas!!! Esto era un milagro, aquí encajó ese dicho de "Dios aprieta pero no ahoga", jeje.
Fue un buen rato de coche, y al llegar a Ta Veng cenamos comida local localísima, pero después del tute y de llevar un plato de arroz hervido en el cuerpo nos supo a gloria!!
Preguntamos que dónde podíamos dormir, y nos ofrecieron como una plataforma techada de madera donde podía dormir quien quisiera, y gratis. Así que para allá que nos fuimos, y gracias a la Stefix, que es una viajera apañada, montamos su hamaca y una pequeña tienda de campaña que solo hace de mosquitera. Este era nuestro hotel:
 Vino un chico todo curioso a vernos, y aunque estábamos agotados, era imposible dormir porque había una casa donde estaban de fiesta y tuvieron la música a tope hasta casi la 1, y aquí las casas son como esta estructura de madera, con todo abierto y haciendo vida en la calle. Para colmo, cantaban al karaoke a voz en grito. Y es curioso como nadie se queja, lo aceptan sin más. Como veis, Jordi aun tuvo energía para hacerle magia:



















Antes de dormir le pedimos a una señora si nos dejaba usar su lavabo, y fue alucinante!!El lavabo es un rincón detrás de la casa con una cortina y no hay no retrete, ni letrina, ni agujero en el suelo...lo haces en el suelo y fuera. Así que después de ver aquello, hicimos una buena inversión en botellas de agua y nos lavamos como pudimos en nuestro "hotel". Estos eran mis pies después de todo el día:
 A partir de que acabó la fiesta, medio dormimos como pudimos clavándonos los huesos contra la madera, con todo de jaleo de perros y gallos locos que cantaban en medio de la noche, y de algún borracho vomitando debajo nuestro, y para rematarlo todo, a las 5 de la madrugada se pone nuestro vecino de atrás a hacer la matanza del cerdo y nos desperyó e pobre cerdo gritando y agonizando. A las 5 de la medrugada!!
 Y a esa hora ya empezó a despertar todo el pueblo, a abrir tiendas, a circular motos...esta es una imagen del pueblo, el bote con líquido verde colgando es la GASOLINERA.


















Así que a las 6 de la madrugada ya estábamos en marcha, casi sin haber descansado y con un dolor de culo horrible (por qué no harán las bicis con asientos anchos y mulliditos??). Stefix y yo ya teníamos clarísimo que buscaríamos algún coche que nos llevara, pasábamos de hacer todas esas cuestas de vuelta, y comer arena y quemarnos bajo el sol. Así que Jordi fue tirando (pues él sí que quería). Nos costó pedalear otro poco hasta encontrar un coche, que iba lleno, pero nos subieron igual. Y nosotras tan contentas!!


















Al cabo de unos minutos encontramos a Jordi, que ya estaba chorreando de sudor y agotado, y al fin cedió y también se subió al coche. Nos dejaron nen Ban Lung, donde teníamos la guesthouse, y aun sacamos fuerzas para hacer 10 km más e ir al lago Yeak Laom, que es una piscina de agua turquesa, en el cráter de un volcán. El lugar es precioso, silencioso, un merecido paraiso!!

















Y así es como acaba este capítulo, que me hizo ver que puedo hacer 80 km en bici (lo cual era impensable para mi), y que me hizo hacerme un poquito más grande...jejeje!! VALIÓ LA PENA!!


 HASTA LA PRÓXIMA!!

P.D: mayoría de fotos cedidas por Stefix, pues nuestra cámara ha muerto...

2 comentarios:

  1. Vaya aventuras estais viviendo, yo creo (seguro) que me hubiese puesto a llorar contigo. Un super abrazo!

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    1. jajajaj!!! Después de compartir aquel rato con aquel poblado comprendí que valió la pena...pero hasta entonces yo solo pensaba "por qué me he metido en esto??". Besos a los 4!

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