Hola a tod@s!!
Aquí tenemos un cambio de país: ARGENTINA, aunque tenemos
que explicaros que de Argentina sólo vimos la capital, Buenos Aires, y las
Cataratas de Iguazú. Esto fue debido a que el tiempo que íbamos a invertir a
Argentina lo pasamos en Barcelona, y Argentina requiere de bastante tiempo para
ser recorrida y también de bastantes ganas, ya que es como 5 veces España y hay
miles de kilómetros de NADA, es decir de llanuras y paisaje idéntico. Es decir, de muchísimas horas de bus. Y moverse
en Argentina no es barato, tanto los vuelos como los autocares son bastante
caros, aunque eso sí, de calidad. Por supuesto que nos hubiera gustado ver el
sur, con su glaciar Perito Moreno, La Patagonia, los lagos y montañas de
Bariloche… Todo eso es una de las maravillas naturales del mundo, pero requería
bastante inversión de tiempo, dinero y ropa abrigada; así que esta zona, Tierra
de Fuego y las Torres del Paine (sur de Chile) quedarán para otro viaje.
Fue tras la primera semana en Montevideo, cuando llegó mi
madre, que decidimos ir a Buenos Aires, ya que está bastante cerca; y también
porque porque todo el mundo dice que es de esas capitales del mundo que no se
puede dejar de conocer . De hecho, desde Montevideo sólo
hay que coger un bus de unas dos horas hasta el pueblo costero de Colonia (en
el sur de Uruguay), y de ahí coger un ferry que tarda otras 2 horas hasta
Buenos Aires, navegando por el marronoso río de La Plata, el más ancho del
mundo.
Aunque siendo sincera, el motivo principal fueron los
reencuentros que nos esperaban allí: primero de todo con mi amiga de la
infancia CECI. Ceci y su hermana (que son de la misma quinta que mi hermana y
yo) veraneaban en los apartamentos de Gavà Mar junto con nosotras y otro grupo
bien majo. Así que nos hemos visto crecer y nos hemos pasado fines de semana y
veranos casi las 24 horas juntas. Como os podréis imaginar hemos compartido de
todo: secretos, risas, enfados, primeros amores, trastadas, etc. Pero hace unos
14 años, por motivos familiares, se fueron a vivir a Argentina, y aunque su
hermana volvió a Barcelona a los pocos años, Ceci encontró el amor y en Buenos
Aires se quedó. Y tanto lo encontró que ahora mismo estará a punto de dar a luz
a su primer hijo (si no está pasando ya)!! Lo que como ya sabéis que el blog
lleva “jetlag”, pues esto fue hace unos 3 meses, así que ella estaba de 6 meses
de embarazo. Aunque casi cada año la veo cuando visita a su familia en
Barcelona, nunca la había visitado en su casa, y encima esperando un bebé, así
que nos hacía mucha ilusión. Y evidentemente a mi madre también, pues también
ha visto crecer a Ceci desde pequeña y además tiene muy buena relación con sus
padres.
Ceci y su pareja nos acogieron con los brazos abiertos y nos
dejaron estar en su casa los 5 días que pasamos allí. Aquí estamos el día que
nos reencontramos:
Ese día fuimos a recorrer una parte del casco histórico, y
Ceci nos explicó sobre un tipo de arquitectura muy común y que llama la
atención nada más llegar a Buenos Aires: los “conventillos”. Eran casas señoriales, muchas de
colonizadores, enormes y llenas de habitaciones alrededor de un patio. Cuando esas casas residenciales iban quedando abandonadas y a medida
que fue llegando toda la inmigración (sobretodo españoles e italianos), se
fueron alquilando todas esas habitaciones y en cada habitación vivía una
familia entera, y todos compartían el patio, el lavadero, el lavabo y hasta la
cocina. Estos se fueron ampliando con chapa, o construyendo imitaciones de esta
organización también con chapa, dando lugar a barrios enteros de chapas
abarrotados de gente. Debía de ser duro vivir así, pero ahora le dan un aspecto
colorido y bohemio a la ciudad:
De hecho, lo que más nos gustó fue el barrio “El Caminito”,
justo detrás de donde vive Ceci y Ezequiel. Ellos viven en el barrio de “La
Boca”, uno de los más míticos de Buenos Aires, justo enfrente del estadio del
Boca Juniors (aunque que nadie
malinterprete que Ezequiel es del Boca por vivir allí, que él es del River!!).
Aquí van unas fotos de este colorido, bohemio y pintoresco barrio que nos
enamoró, donde también con diversos monigotes dan pinceladas sobre la historia
y los personajes míticos del país:
La otra parte que también nos gustó de Buenos Aires fue la
plaza San Telmo, justo en el casco histórico de la ciudad. Es una plaza con
mucho encanto a la cual se llega por calles adoquinadas. En esta plaza y sus
calles hacen espectáculos callejeros de Tango y ponen mercadillos y tiendecitas
de las cosas más frikis que os podáis imaginar; cosa que también nos llamó
mucho la atención de este lugar, como pueden haber tantas tiendas y mercados de
antigüedades y cosas raras!! Ah! Y en este área también está el famoso banquito
de Mafalda (Quino, creador argentino), donde los turistas hacían largas colas
para hacerse una foto.
El día que fuimos a San Telmo, tuvimos el otro de los
reencuentros a los que me refería al principio. Quedamos con Iván y Érika, la
pareja amiga de mis amigas que también iban a emprender su viaje de vuelta al
mundo y a los que les dimos la sorpresa en su fiesta de despedida (explicado en
el apartado de Barcelona del blog). Con lo grande que es Latinoamérica, y
pudimos coincidir allí después de que ellos ya habían recorrido algo de Brasil
y Uruguay. Estuvo muy bien reencontrarnos, ya que así pudimos hablar todo lo
que no pudimos en su fiesta de despedida en Barcelona. Vinieron con un
brasileño de origen japonés que los estaba acogiendo en su casa, un chico muy
dulce y muy gracioso que no daba crédito a las mágicas cosas que hacía Jordi:
Aprovechamos para intercambiar información, y cuando le preguntamos a esta chico que cómo estaba el tema de la seguridad en Brasil, nos dijo “Está todo tranquilo, dicen que pasan muchas cosas pero a mi me han robado sólo el coche dos veces”… Y le dije yo “Que te lo han abierto y te han robado lo de dentro, no?”; y me contesta “No, me han hecho bajar del coche apuntándome con una pistola y se lo han llevado”… AAAHHH!! Y está todo tranquilo…
Lo pasamos muy bien con ellos y decidimos quedar de nuevo al
día siguiente para ir al concierto de “La Bomba del tiempo”, un grupo de
percusión improvisada que lleva ya 11 años tocando cada lunes en la misma sala
de conciertos de Buenos Aires. Y además, era el cumple de la Backpacki!! Había
que celebrarlo!! Y le sorprendimos de buena mañana trayéndole un pastelito a
casa y cantándole el “cumpleaños feliz”:
Para ir al concierto quedamos antes en un bar y empezaron a
llegar otros viajeros que se habían conocido previamente con Iván y Erika o que
se conocían entre ellos; y formamos este mega grupo, y ahí estaba mi madre
contagiándose de juventud:
Y luego en el concierto lo pasamos muy bien, y de ahí nos
fuimos nosotros 3 y Ceci y a cenar a un peruano para rematar el cumple de la
Backpacki. Aquí van fotos y algún vídeo del mega concierto, ya veis que no lo
pasamos mal!!
Y aquí nos despedimos de nuestros amigos viajeros con la esperanza de reencontrarnos de nuevo por Latinoámerica.
Al día siguiente tuvimos la peor idea que podíamos tener:
coger el bus turístico. Estaba lloviendo bastante, pero te obligan a comprarlo
para una fecha concreta, así que no lo podíamos perder, pues cuesta sobre unos
30 euros el bus turístico de Buenos Aires!! Nada más salir a la calle nos
empapamos y corrimos a coger el bus, momento en el que Jordi se torció el
tobillo y luego pasó a ser el esguince que comenté en el blog de Uruguay. Así
que nos montamos empapados y Jordi con el dolor en el tobillo. El bus no es que
sea nuevo precisamente ni que esté muy bien cuidado por dentro, encima ponen el
aire acondicionado altísimo (y nosotros empapados), así que nos congelamos, y
el discurso que van pasando por los auriculares está a todo volumen y no se
puede regular… Así que ya os imagináis qué experiencia tan agradable tuvimos!!
Encima la planta de arriba del bus estaba cerrada porque entraba toda la
lluvia, y como en la de abajo sólo había 10 asientos, no dejaban subir a ningún
turista más, así que iban dejando tirados a todos los turistas literalmente
debajo del cruel chaparrón que estaba cayendo. El chaparrón se convirtió en
diluvio y en carreteras inundadas, y tan chungo estaba el bus que entró todo el
agua que inundaba una carretera y pasamos a tener todo el suelo del bus
inundado. Con este panorama, a pesar de que ir allí dentro era un infierno, no
nos atrevimos a bajarnos por el diluvio y por tener que pagar un taxi de vuelta
a casa, ya que habíamos visto que los buses turísticos nos iban a dejar bien
tirados. Fueron 3 horas de martirio, y pudimos ver poco por la lluvia… Pero nos
reímos gracias a que cada vez nos cogía más la risa tonta y a que Jordi no
podía parar de hacer una pallasada tras otra, y más gordas eran conforme más
elevado era su agobio y desespero:
Al día siguiente fuimos mi madre y yo (Jordi amaneció con el
pie hinchado y le tocó hacer reposo) a
ver el Delta del Tigre, ya que estábamos un poco cansadas de tanta ciudad y esa
zona es más tranquila y natural. Se trata de un Delta a una hora de tren de
Buenos Aires (un tren muy bueno y muy barato) donde vive gente o va a veranear
a la orilla del río. La vida de este gente es muy curiosa, ya que necesitan
barco para moverse a cualquier parte, así que cada casa tiene su embarcadero, y
hay barco-taxis, barco-ambulancia, barco-bus escolar para recoger a los niños
de sus casas y llevarlos al colegio… etc. Las casas son muy pintorescas y todo
ese área es muy natural, así que es relajante y nos gustó mucho darnos el paseo
en barca por el delta.
Y acabamos la mañana comiéndonos el típico bocadillo de
milanesa, que así como la milanesa en nuestras tierras se ha quedado delegada a "menú infantil" y si ya de mayorcito te pides una milanesa en un restaurante tus padres te meterían una colleja y te dirían: "No se gasta uno el dinero en un restaurante para que te pidas una milanesa"… Tanto en Argentina como en Uruguay es un plato tradicional y venerado:
Pero ya os podéis imaginar, que teniendo a la mama entre
nosotros, le hicimos cocinar tanto como pudimos. Así que aquí está
enfrentándose a los fogones para hacer un arroz con costillas de cerdo que
estaba para chuparse los dedos:
Esto es un sofrito!! Qué pena que las fotos no huelan... |
Cada noche cenamos con Ceci y Ezequiel teniendo muy buenas conversaciones, y nos pusieron bastante al día de todo lo que pasó con aquella famosa crisis del “corralito” y con la situación económica y política actual del país. Nos resultó muy curioso que tanto ellos como todos los argentinos que conocimos hablaban como si fueran expertos economistas, sabiendo siempre el valor del dólar, usando términos como “inflación”… Pero claro que pasando todas las que han pasado no nos extraña que entiendan tanto. Además están viviendo una especie de bloqueo con los dólares, de manera que ningún argentino puede ir y decir al banco que necesita 1000 dólares para mañana. Esto hace que se haya creado el cambio “Blue”, que es un cambio que no te hacen ni los bancos ni las casas de cambio oficiales, sino que te lo hacen en la calle. Si el cambio oficial estaba sobre 1 dólar= 8 pesos argentinos aproximadamente, el cambio en la calle está a 1 dólar= 13’7 pesos argentinos aproximadamente. Así que ya veis qué diferencia!! Vale mucho más la pena cambiar en la calle, aunque siempre corres el riesgo de que te estafen. Pero una vez allí nos encontramos de que cualquier persona, incluso las personas de confianza quieren cambiar (coger dólares y dar pesos), ya que si por ejemplo quieren hacer un viaje a Norteamérica o a Europa, su banco no les va a dar dólares. Así que están desesperados por comprar dólares. Es una situación fastidiada, porque el peso argentino se ha ido devaluando tanto, que si ahorran en pesos argentinos, de aquí a unos años seguramente tengan la mitad de los ahorros que pensaban que tenían. Es por esto que la mayoría de argentinos viven al día, y el que tiene dinero lo invierte comprando algo, pero no ahorran. Y esto le hemos constatado en la mayoría de argentinos que nos hemos encontrado viajando: o viajan un par de semanas y se gastan lo ahorrado, o los que hacen viajes largos van buscándose la vida a cada momento vendiendo artesanías, realizando trabajos temporales en los diferentes países, etc. Pero se nota que no han ahorrado para viajar, que simplemente toman la decisión y se lanzan a la aventura. Y lo que han aprendido después de tantas crisis es a desconfiar totalmente de los bancos, así que a ver si vamos aprendiendo, ya que me parece que muy lejos no estamos!!
Lo último que hicimos en Buenos Aires y que a mi fue lo que
más me gustó, fue ir con Ezequiel al ensayo de su murga. Ezequiel forma parte
de la murga de La Boca desde que se fundó. La murga está formada por unas 500
personas que se ponen de acuerdo para disfrazarse, montan una coreografía,
tocan un ritmo y desfilan en carnavales. Y aparte de esto, desfilan también en
otras ciudades, así que imaginaos lo que es coordinar autocares y todo lo demás
para tanta gente!! Y aquí están admitidas todas las edades, así que hay varias
generaciones de una misma familia desfilando en esa murga. Quedan en un parque
para ensayar varios días por semana, y como más se acerca el carnaval más
seguido quedan, así que se junta allí todo el barrio prácticamente, y es por
esto que me pareció una actividad tan bonita. En una punta se ponen los músicos
a tocar, luego viene el grupo de niños bailando dirigidos por unos coreógrafos
y luego el resto de gente siguiendo la misma coreografía también. Fue muy
impactante ver cómo se movían al ritmo de los tambores niños-bebés que casi
acababan de aprender a andar… Crecen con el ritmo en el cuerpo!! Fue un subidón
ver a tanta gente del mismo barrio y de todas las generaciones bailando y
disfrutando a la vez (yo que pensaba que sería un ensayo de 4 personas!) Aquí
os comparto una foto y un video del ensayo:

Y lo que menos nos gustó de Buenos Aires fue la inseguridad que se siente. Desde el primer momento todo el mundo que se daba cuenta que no éramos de allí, nos advertían de que fuéramos con cuidado, que no habláramos para que no supieran por el acento que éramos extranjeros, que no enseñáramos ni cámaras ni móviles, que cuidado con los taxistas que también roban, etc. Y lo que más asusta es que todo el mundo coincidía en que si es un tirón has tenido suerte, ya que muchos robos son con violencia. Así que esto te hace ir bastante “emparanoyado” todo el tiempo, llevando encima lo menos posible, dejando hasta las joyas en casa, y vistiendo de la manera más sencilla. Nos contaron que incluso la gente que trabaja de traje y maletín, se llevan una muda al trabajo y se visten sencillos en cuanto acaban de trabajar para no llamar la atención. De hecho, hace poco conocimos a otros argentinos que nos contaban que les habían robado el coche a punta de pistola varias veces y que hacían a sus hijos mandarles mensajes cada vez que iban o llegaban a algún sitio. Y otro argentino que conocimos en India también nos contó las tácticas que hacía él al subir a un taxi (como hacer ver que se había quedado con su número de placa, o que llamaba a alguien diciéndole que ya estaba yendo…) y que incluso tenía palabras “clave” por si algún día llamaban a casa de sus padres diciéndoles que lo habían raptado (ya que se ve que hacían ver que te raptan para pedir una recompensa rápida), y así bastantes cosas que hemos ido oyendo… Así que qué desgastante vivir con esos temores y tomando tantas precauciones!!
Y lo que menos nos gustó de Buenos Aires fue la inseguridad que se siente. Desde el primer momento todo el mundo que se daba cuenta que no éramos de allí, nos advertían de que fuéramos con cuidado, que no habláramos para que no supieran por el acento que éramos extranjeros, que no enseñáramos ni cámaras ni móviles, que cuidado con los taxistas que también roban, etc. Y lo que más asusta es que todo el mundo coincidía en que si es un tirón has tenido suerte, ya que muchos robos son con violencia. Así que esto te hace ir bastante “emparanoyado” todo el tiempo, llevando encima lo menos posible, dejando hasta las joyas en casa, y vistiendo de la manera más sencilla. Nos contaron que incluso la gente que trabaja de traje y maletín, se llevan una muda al trabajo y se visten sencillos en cuanto acaban de trabajar para no llamar la atención. De hecho, hace poco conocimos a otros argentinos que nos contaban que les habían robado el coche a punta de pistola varias veces y que hacían a sus hijos mandarles mensajes cada vez que iban o llegaban a algún sitio. Y otro argentino que conocimos en India también nos contó las tácticas que hacía él al subir a un taxi (como hacer ver que se había quedado con su número de placa, o que llamaba a alguien diciéndole que ya estaba yendo…) y que incluso tenía palabras “clave” por si algún día llamaban a casa de sus padres diciéndoles que lo habían raptado (ya que se ve que hacían ver que te raptan para pedir una recompensa rápida), y así bastantes cosas que hemos ido oyendo… Así que qué desgastante vivir con esos temores y tomando tantas precauciones!!
Ah! Y lo que nos ha resultado muy interesante de conocer Argentina y Uruguay ha sido ver lo parecidos que son los uruguayos a los
españoles, y la mezcla de españoles e italianos que tienen los argentinos;
aunque por la manera de hablar y gesticular (y por las pizzas!!) creo que
tienen más de italianos que de españoles. Es muy curioso preguntar a cada uno
por sus apellidos, ya que todos tienen una historia detrás que no es tan lejana
y que la mayoría conoce.
Llegó el día de partir y nos despedimos de Ceci y Ezequiel
llenos de agradecimiento y con la promesa de conocer a su retoño en el mes de
agosto en la piscina de nuestros apartamentos de Gavà Mar. Allí nos vemos
pareja!! Gracias y mil gracias de nuevo! Nos sentimos como en nuestra casa!
Y si veis a la Backpacki radiante de felicidad…Esperaros a ver su reacción
en el próximo SÚPER capítulo; la maravilla del mundo mundial: LAS CATARATAS DE
IGUAZÚ!! Abrazos y Hasta la próxima!!
No sé que ha pasado con el comentario anterior, jajaja.
ResponderEliminarQué buenas historias argentinas! Viva San Telmo! Y veo que aún sigue existiendo la bomba del tiempo!
Date prisa que te veo escribiendo desde la playa en Barna a este paso!
Besos!