sábado, 28 de marzo de 2015

URUGUAY: PUNTA DEL DIABLO Y CABO POLONIO, ZONAS AGRESTES Y PINTORESCAS.

HOLA A TODOS!! Ya estamos de nuevo por aquí!

En este capítulo hablaré de las dos zonas playeras que más nos gustaron de Uruguay: Punta del Diablo y Cabo Polonio. Las dos se caracterizan por ser áreas muy naturales y rústicas, con alojamientos y servicios básicos pero con mucho encanto.

A Punta del Diablo nos invitaron la familia de Bocha, y éramos tanta gente que parecía la casa de Gran Hermano: los padres con Mili (la hermana pequeña) en una habitación; Jordi, Huguito y el novio de Mili en otra habitación; y en la habitación de las chicas estábamos mi madre, Magui (novia de Huguito) y yo. Estuvimos una semana allí, pero por si éramos pocos, las dos últimas noches se quedaron a dormir también 4 amigos de Bocha que vinieron de visita. Y además había muchos familiares y amigos de la familia por esta zona veraneando también, así que nunca éramos menos de 15 personas para comer o cenar. Así de familiares son los uruguayos! Y qué bien que lo pasamos!

Punta del diablo está al norte de Uruguay, muy cerquita de la frontera con Brasil, tanto que de hecho, ir al Chuy (pueblo fronterizo muy feo pero donde comprar sale más barato a los uruguayos) es una de las actividades uruguayas más comunes cuando están en Punta del Diablo. Éste último, es un pueblito de costa pequeño y muy tranquilo, con calles aun sin asfaltar y casitas bajas hechas de madera y paja, pintadas de colorines. Es un lugar muy pintoresco y agradable de pasear.





Punta del Diablo tiene varias playas, a las que se accede caminando de una a otra, o caminando por el campo. Son playas espaciosas y bonitas, con bastante espacio y por lo general con muchas olas. Así que la Backpacki disfrutó de lo lindo dándose caminatas cada mañana, tirando fotos y cogiendo mejillones, que por cierto estaban buenísimos!!












En estas playas nos juntábamos cada día toda la familia y amigos, y jugábamos a volleyball, al tejo, comíamos picnic, charlábamos…


Aparte de ir a la playa, Punta del Diablo inspira a tirarte en una hamaca a leer un libro, o a pasear en busca de un helado o un zumo natural. Lo que durante el paseo te puede sorprender un grupo muy bueno de batucadas que toca varias veces al día por el pueblo animando al personal:







También nos llevaron a ver el “Fuerte de Santa Teresa”, una zona muy cerca del pueblo desde donde hay bonitas vistas y un parque con animales muy curiosos:






Y como ya os debéis imaginar, cayeron varios asados, pues no hay casa en Uruguay que se alquile sin “asadero” (barbacoa):



La última noche, celebramos el 3er cumpleaños de Emilia, la sobrinita de Bocha. Ella y su hermano, Diego (de 4 años), nos divirtieron mucho mientras estábamos allí. Son muy divertidos, cariñosos y guapos:




Esa noche debíamos ser más de 30 personas, y Jordi regaló otro show de magia para Emilia y todos los asistentes; lo disfrutaron mucho!












Estos últimos son amigos de Bocha, que junto con otras dos amigas, vinieron a visitarnos la noche anterior, pasaron allí el día con nosotros y se quedaron para el cumpleaños de Emilia y la fiesta de después. Fuimos a la única discoteca que abría en esos días en Punta del Diablo, porque se ve que ya empezaba a ser temporada baja, y aunque hubo poca gente, lo pasamos muy bien. Aunque debo puntualizar aquí una curiosidad que nos llamó mucho la atención de la marcha uruguaya: si nos pensamos que los españoles salimos tarde de fiesta, no es nada comparado con los uruguayos!! Hasta las 4-5 de la madrugada nadie arranca para ir a las discotecas!! Quedan muy tarde, se entretienen en “la previa” todo lo que quieren y van casi amaneciendo a la discoteca, las cuales cierran sobre las 8 de la mañana o así. Esta discoteca formaba parte de un hostel y estaba muy bien ambientada: piscina, hoguera y “fotocol” para hacer el surfista, aunque cada uno hicimos lo que pudimos y bien que nos reímos:






Formamos un grupo muy guapo entre la hermana pequeña de Bocha (Mili), el hermano mayor (Huguito) y su novia (Magui), los primos de Bocha y sus novias que se retiraron antes, y los 4 amigos de Bocha (Chino, Fede, Marol y Pichu).  Bailamos cumbia y reggaetón hasta que no pudimos más y nos fuimos para casa, donde los 4 amigos amigos se quedaron también a dormir esas dos noches esparcidos por el salón para hacer más Gran Hermano aún! 




Esa semana lo pasamos muy bien y se nos pasó volando; y de ahí como volviendo hacia Montevideo, Huguito y Magui nos llevaron a la zona de Cabo Polonio, donde nos quedamos los 3 solos  para pasar unos 3 días allí. Por lo tanto, esta fue la primera experiencia de la Backpacki en un hostel de backpackers (mochileros), durmiendo en un dormitorio compartido. Le costó adaptarse un poco a esto de tener el baño fuera de la habitación y compartirlo y a lo de tener que guardar sus cosas en taquillas con candados y no perder las llaves… Pero por el resto se la veía dormir tan relajadamente… Y sobre todo compartíamos la alegría de despertarnos juntas y estar compartiendo toda esta aventura!!



Debo puntualizar que si en estas fotos veis poco a Jordi, es porque una semana antes se hizo un pequeño esguince de tobillo, por lo que le tocaba hacer todo el reposo que su desbordante energía le dejaba hacer para recuperarse bien. Fueron en total unos 25 días bastante duros para él, con lo que le gusta moverse y caminar!!

Al llegar a la zona de Cabo Polonio, la única manera de llegar al Cabo es a través de unos camiones que pueden circular sobre la arena, así que quién viene en coche debe dejarlo aparcado justo antes de entrar a esa área natural protegida. El trayecto es de unos 30 minutos.



Cabo Polonio es aun más rústico y natural que Punta del Diablo; los alojamientos son más básicos, apenas hay electricidad y olvídate del wifi. Es la zona “Hippie” por excelencia de Uruguay. El agua también va solo unas ciertas horas, habiendo muchas casas que deben coger el agua de pozos, lavar en picas, o ducharse con un cubo:




Es un pueblo con muy pocas casas y alojamientos dispuestos en un cabo y mirando a dos playas bien grandes y espaciosas. Los establecimientos son muy coloridos, todo se ve hecho a mano y hay muchos artesanos vendiendo sus artesanías. Las calles son de pura arena de playa, así que puedes olvidarte del calzado por unos días, y por las noches, cuando ya no hay luz, se ve un cielo lindísimo, estrellas fugaces y toda la vía láctea para ti!! Todo esto le hace ser un lugar muy pintoresco, romántico, relajante y de contacto con la paz y la naturaleza. Aunque no penséis que es barato, pues es de los lugares más caros de Uruguay.









Hay que decir que el agua está heladísima, aunque muy limpia, y que lo más curioso que tiene es que son playas súper habitadas por lobos de mar. Es muy fácil verlos nadar o encima de unas rocas que hay debajo del faro de Cabo Polonio:






Y también es fácil verlos ya muertos cuando vas a pasear por las playas… No sabemos por qué será, pero hay muchos grupos de bebés muertos y a veces lobos muy grandes también. Debe ser muerte natural, o algunos dicen que son ataques de tiburones… Da mucha pena verlos y también dan bastante mal olor a las zonas donde están:




Una cosa muy interesante a hacer en Cabo Polonio es subir al faro. Da hasta impresión porque es bastante alto y hace mucho aire, pero tienes una vista 360º de lo que es el Cabo Polonio, ya que tiene un mapa un poco difícil de entender.  Desde ahí se ven también los lobos marinos y hay vistas a un paisaje precioso:







Otra cosa interesante a hacer en Cabo Polonio es caminar a través de todas las dunas de arena que se forman. Vas dejando el pueblo atrás y cada vez te parece estar más en medio de un desierto, pero con zonas verdes y el mar al lado. Así es otra manera de ver lobos marinos, descubrir playas vírgenes y solitarias, y especies raras de plantas marinas…Aunque fueron 5 horas caminando por arena y al sol, y casi me cargo a mi madre!!








A partir de que se pone el sol, el plan es ver puestas de sol espectaculares, cenar algo, pintar mandalas a la luz de las belas, o decir tonterías…







Acabamos esos 3 días muy relajados y contentos, y al coger el camión a mi madre y a mi nos tocó ir arriba del camión… Como dos niñas en una atracción de feria!



Al irnos de allí, pasamos por La Paloma, otro pueblo costero donde van muchos jóvenes de fiesta y que nos pareció muy acogedor también. Fuimos porque allí estaban trabajando un amigo de Bocha de la universidad y otra amiga con la que estaba empezando algo especial también de su universidad. Necesitaban conocernos, pues estaban muy unidos a Bocha y también lo estaban pasando muy mal aún, así que fuimos para allá y compartimos una tarde muy profunda y también divertida con ellos.
Y de aquí ya volvimos a nuestro “hogar, dulce hogar”… Montevideo!! No os perdáis el próximo y último capítulo sobre nuestro intenso recorrido uruguayo. Hasta la próxima!!